“…Ser judío significaba vivir con memoria… solamente se necesitaba continuar la tradición, reproducir los gestos y sonidos transmitidos a través de generaciones cuyo producto final era yo. En la mañana de Shavuot allí estaba yo, con Moisés recibiendo la ley, en vísperas de Tishá Beav, sentado en el suelo, mi cabeza cubierta con cenizas, lloraba,