Doce tribus, doce piedras

Tal como detalla la Torá, el Pectoral que vestía el Gran Sacerdote tenía doce piedras diferentes, ubicadas en cuatro hileras.

Efod

Los Sabios nos enseñan que cada piedra correspondía con cada una de las doce tribus, tal como recoge el final del siguiente pasaje bíblico:

«Harás un Pectoral de Juicio de diseño tejido, como la artesanía del Efod la harás, de oro, lana turquesa, púrpura y carmesí y lino trenzado lo harás. Será cuadrado; doblado, de un palmo de largo y de un palmo de ancho. Lo llenarás con cuatro hileras de piedras: una hilera de cornalina, esmeralda y topacio: una hilera; la segunda hilera de carbúnculo, zafiro y berilo; la tercera hilera de jacinto, ágata y amatista; y la cuarta hilera de aguamarina, ónice y jaspe; engarzadas en oro serán en sus engarces. Las piedras serán de acuerdo con los nombres de los Hijos de Israel, doce según sus nombres, engarzadas como un anillo de sello, cada una de acuerdo con su nombre serán, para las doce tribus» (Éxodo 28:15-21).

Todas las piedras están simbolizadas en el Joshém, el peto del Sumo Sacerdote: A Rubén se le asigna el rubí; a Shim’ón, el topacio; a Leví, la esmeralda; a Yehudá, el granate; a Isajar, el zafiro; a Zebulón, el diamante; a Dan, el ópalo; a Nefatlí, la turquesa; a Gad, el cristal; a Asher, el aguamarina; a Yoséf el ónice y a Beniamín, el jaspe.