TZEDAKÁ: ¿justicia o caridad?

Hay una filosofía de dar, de darse y algunas veces de saber recibir. La palabra tzedaká significa justicia, aunque es utilizado para dar caridad. Algunas veces dar, no se refiere solamente a dar dinero u objetos, se trata de una acción de servicio al prójimo que lo necesita, sin importar quién es y en qué estado se encuentra. Este tema está planteado, por medio de propuestas en acciones dentro de la filosofía judía, estas acciones no se limitan a las mencionada, pero dan una “pista” de apreciación entre lo que se debe hacer y lo que no. También existe una legislación sobre el tema de caridad y finalmente expondremos los grados de caridad que concibe el judaísmo

Acciones de caridad

  • Se debe procurar alabar las virtudes de la otra persona, y proteger sus bienes materiales exactamente como le gustaría que fuera ésta prestación para sí mismo. De la misma manera se debe evitar hacer a otros lo que es aborrecible para ti. Con un buen entrenamiento, se puede llegar a percibir los verdaderos sentimientos del prójimo y saber exactamente cómo obrar en cualquier momento de la vida.
    • Es un deber religioso ofrecer hospitalidad, comida y albergue cuando sea necesario.
    • Es una mitzvah visitar a un enfermo – Bikur Jolim-
    • Visitar a una persona en duelo y confortarla en su pena.
    • Proveer de dote a una mujer necesitada que se va a casar.
    • Es importante esforzarse por devolver a sus dueños objetos perdidos.
    • Es una obligación hacer todo lo posible para ayudar o solicitar ayuda para un vecino que está en peligro, aún que genere un costo – más tarde puede solicitar el reembolso-
    • Rabí Yoshúa dijo: “El ojo perverso –envidia- la inclinación perversa –codicia- y el odio a la humanidad, colocan a un hombre fuera de éste mundo.

Leyes de caridad:

  • Es ley dar caridad al pobre. Quien ignora al que pide, transgrede un precepto de la Toráh que dice “No endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre” (Deuteronomio 15:7)
    • Desgraciado aquél que avergüenza a un hombre pobre. Por este precepto se prohíbe ni tan siquiera levantarle la voz, pues su corazón ya está destrozado y su espíritu quebrantado.
    • Inspirar a otros a que realicen tzedaká, merece una recompensa mas grande que el donante.
    •El pobre de otra nación debe ser alimentado y vestido junto con el pobre de Israel.
    • Al darle caridad a un pobre que estudia la Toráh se debe hacer delicadamente y de manera digna.
    • Una promesa de tzedaká debe ser cumplida inmediatamente.
    • Una persona debe tratar de no convertirse en una carga pública y no depender de los demás; incluso un hombre muy culto o un sabio empobrecido deberá preferir un trabajo humilde antes de de depender de a caridad ajena.
    • Si una persona definitivamente no puede subsistir, debe recibir tzedaká por encima de su orgullo. Pues no debe atentar contra su propia vida
    • Es un deber prestar dinero a un pobre, que tenga la manera de devolver en algún momento – sin intereses y al ritmo que él proponga- porque así no se ven en la obligación de pedir.
    •A un hombre rico, si lo necesita, también es un deber prestarle dinero, consejo u orientación.
    • Se prohibe exigir restitución del préstamo si se sabe que la otra persona no tiene aún los medios para hacerlo.
    • Igualmente está prohibido aplazar la devolución del préstamo si se posee el medio para hacerlo.
    • Se prohibe demorar la paga de salario.

Grados de caridad:

  • El octavo grado y el más bajo –pero es igualmente mitzvah- es dar con desgano.
    • Séptimo: dar menos de lo que se puede pero con buen semblante.
    • Sexto: Dar directamente al pobre cuando lo solicita.
    • Quinto: Dar al pobre sin que lo solicite.
    • Cuarto: El que recibe conoce al donante pero quien da no conoce al beneficiado.
    • Tercero: El donante conoce a quién le da pero quien recibe no sabe quién es.
    • Segundo nivel: El donante y el que recibe no saben el uno del otro, para esto existen los fondos comunales o manejados por personas responsables.
    • El nivel más alto de dar, es ayudar a mantener a una persona antes de que empobrezca, ofreciéndole una ayuda substancial y digan, otorgándole un crédito, ayudándole a encontrar un empleo o a establecer un negocio, de tal manera que no se vea obligado a depender de los demás.

    Bibliografía:
    El Ser Judío de Rabí Hayim Halevi Donin
    Síntesis del Shuljan Aruj de Yosef Caro compendido por Hayman E. Goldin

    Fuente: Hashavúa