TEFILÁ: el milagro de la supervivencia judía

En el año 1899, Mark Twain escribió su famoso ensayo  Respecto a los Judíos, al cual posteriormente describió como su «Tesoro en el océano». Este ensayo concluye con el siguiente párrafo:

Los egipcios, los babilonios y los persas se elevaron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, después se adormecieron y desaparecieron; les siguieron los griegos y los romanos, hicieron mucho ruido y se fueron; otros pueblos han surgido y mantenido su antorcha en alto por un tiempo, pero ésta se quemó y ahora se encuentran en la penumbra o han desaparecido. El judío los vio a todos, los venció a todos y es hoy tal como siempre ha sido; sin exhibir ninguna decadencia, ninguna enfermedad a causa de la edad, ninguna debilidad de sus partes, ninguna disminución de sus energías, no decayó su alerta ni su mente agresiva. Todas las cosas son mortales menos el judío; todas las otras fuerzas pasan, pero él permanece. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?

Al observar la larga historia de nuestro pueblo, rápidamente se vuelve aparente que no fue nuestra riqueza material ni nuestra fuerza física lo que nos ayudó a sobrevivir. Durante la mayor parte del tiempo, y por cierto durante los largos siglos en los cuales hemos vivido en el exilio, el pueblo judío no fue rico ni físicamente fuerte. Por supuesto, nuestra supervivencia no depende de un estado o de una patria, cosas que no tuvimos el privilegio de poder disfrutar.

No fue un idioma, como podemos evaluar del hecho de que incluso en los tiempos bíblicos el arameo comenzó a suplantar a la Lengua Sagrada como el idioma hablado; partes de las Escrituras y prácticamente todo el Talmud de Babilonia, el Zohar, etc. fueron escritos en arameo. En la época de Saadia y Maimónides, el idioma en el cual hablaban la mayoría de los judíos era el árabe, y más tarde fue el idish y otros idiomas. Tampoco hubo ninguna cultura secular que preservara a nuestro pueblo, ya que eso fue cambiando radicalmente de época en época.

Muchos escritores notaron que hay algo singular respecto a la supervivencia del pueblo judío a través de la historia. De qué manera el pueblo judío logró sobrevivir parece ser un misterio porque es algo que desafía todas las reglas de la historia. El pueblo judío no tuvo una tierra en común, ni un idioma ni una experiencia histórica compartida. Fuimos exiliados, perseguidos y aborrecidos. Numéricamente pocos, frágiles y vulnerables durante la mayor parte de nuestra historia. ¿Cómo logramos sobrevivir durante tanto tiempo?

En contra de todas las probabilidades, la Torá proclama que el pueblo judío será un pueblo eterno. El secreto de nuestra supervivencia ha sido nuestro pacto eterno con el D’os eterno. Él cumplió Su promesa de mantener a Su pueblo elegido a través del tiempo. Nuestra conexión con D’os es lo que nos mantuvo vivos durante tanto tiempo.