Sucot significa «tabernáculos», «cabañas», o «chozas temporarias», y se refiere a los lugares de residencia temporaria que utilizaron los hijos de Israel en el desierto durante el período de cuarenta años que duró su peregrinación después del éxodo de Egipto. «En cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto» (Levítico 23:42). Esta festividad conmemora ese período de la historia del pueblo de Israel.
Sin embargo, su significación no se agota ni está limitada a la conmemoración histórica. El motivo espiritual subyacente de este recuerdo (y actualización) de habitar en «cabañas temporarias» enfatiza el concepto de la confianza en la protección Divina del Señor, o bitajón. Con las experiencias del desierto (el maná, el agua), que realizan dicho motivo, esta festividad subraya la fe de que de algún modo Dios provee las necesidades humanas y que el hombre, a su vez, debe estarle agradecido. Esto está simbolizado por la sucá, la endeble cabaña con su techo expuesto e inseguro en la que el judío tiene obligación de habitar durante esa semana.
La Torá otorga un énfasis adicional al motivo espiritual, por el hecho de que la fecha de su observancia (que podría haber sido cualquier momento del año, ya que no está ligada a ningún acontecimiento histórico específico), fue determinada de manera que coincida con la última cosecha del año «cuando hayas recogido el producto de tu era y de tu lugar» (Deuteronomio 16:13), cuando el espíritu de reconocimiento y gratitud al Señor por proveer las necesidades humanas surge de la manera más natural.
Para reflejar su significado agrícola, la Torá denomina también la festividad como jag heasif, «la festividad de la recolección (Exodo 23:16; 34:22) que se observa «al final del año cuando hubieres recogido del campo los resultados de tu labor». En el libro de oraciones, la festividad es también denominada «el tiempo de nuestro regocijo», zeman simjatenu, basado en la ordenanza bíblica repetida tres veces en conexión con esta festividad: «te regocijarás en tu festividad» (vesamajta bejagueja).
Con esta festividad se asocian particularmente celebraciones religiosas alegres, animadas con muchos cantos y bailes.
Habitando en la suca
«Y habló el Señor a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos (jag hasucot) para el Señor, por siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo servil en él haréis… El octavo día tendréis santa convocación… Es fiesta de congregación (atzéret); ningún trabajo servil en él haréis». (Levítico 23:33-36)
… El primer día será de reposo, (shabatón) y el octavo día será de reposo (shabatón). Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso (hadar) [refiérase a la cidra] ramas de palmeras (temarím) y ramas de árboles frondosos (avot, árboles con hojas profusas, mirtos) y de los sauces de los arroyos (arvei-najal). Y os regocijaréis delante del Señor vuestro Dios por siete días.
Y haréis fiesta al Señor por siete días cada año; será ley perpetua para vuestras generaciones…
En cabañas habitaréis siete días para que sepan vuestros descendientes que en cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto… Levítico 23:39-42)
La característica singular de la festividad de Sucot es la observancia del precepto de habitar en la sucá. La sucá debe ser una cabaña temporaria (ver más adelante las leyes que rigen su erección) en la que una persona habita tanto como le sea posible durante esa semana, en lugar de su hogar permanente. En climas fríos, todas las comidas, por lo menos, deben ser consumidas en la sucá.
La bendición que se recita cuando se cumple este precepto es:
Baruj Atá Adonai, Eloheinu mélej haolam, asher kidshanu hemitzvotav vetzivanu leshev basucá.