Minhaguei bóker: Al levantarse

Nisim beJol Yom  Milagros de todos los días

Cuando nos levantamos, antes de desayunar, antes pues de recitar el Shemá, se hace una serie de plegarias para agradecer a Dios por los minúsculos pero insospechados milagros de todos los días: despertar, el día, abrir los ojos, liberarnos de las ataduras del sueño, estar vestidos y no desnudos, desperezarnos, tocar el suelo firme, calzarnos, caminar, movernos; y también por cómo funciona cada mañana nuestro cuerpo, damos gracias por él y por el alma que ha sido devuelta tras el sueño y la noche; hacemos el lavado ritual de las manos.

Estas son dos oraciones útiles para cada uno de esos pasos. La primera sirve para que vayáis diciendo cada bendición a medida que hacéis o descubrís esos minúsculos milagros, es para quienes sepan hebreo, y está basada en las bendiciones tal y como se establecieron en la antigüedad en el Talmud (Berajot 60). La segunda, que no es traducción de la primera, resume la esencia de esos milagros, y es una traducción de la que ofrece el Siddur Lev Jadash para esta ocasión.

Baruj Atá HaShem, Eloheinu Mélej haOlam, hanotén lasejví velatsiporim biná lehavjín bein yom uvein laila. Baruj hapotéaj ivrim, umatir asurim, umalbish arumim.

Modé aní lefaneja, Mélej Jai veKaiam, shehejezarta bi nishmatí bejemlá. Ramá emunateja.

Baruj shezokef kefufim, veroká haárets al ha maim. Hamejín mitsadei gáver, veshe asá li kol tsorki. Baruj asher yatsar et ha-adam bejojmá- Baruj harofé jol basar umaflí la-asot.

Baruj Atá HaShem, Eloheinu Mélej haOlam, asher kideshanu bemitsvotav vetsivanu al netilat yadaim.

Baruj Atá, shema’avir shená me-einai utenumá me-afapai. Baruj asher beyadó néfesh kol jai verúaj kol besar ish. Baruj hatov vehametiv.

Te doy gracias Dios Eterno, por haberme levantado para un nuevo día. Ayúdame a usarlo correctamente. Hazme consciente de mis responsabilidades como ser humano y como miembro de la Casa de Israel, y fuerte contra la tentación, el enfado o la adversidad. No me dejes hacer daño a otra persona, sino luchar para su bienestar y felicidad, de manera que al final del día haya sumado por lo menos un poco a la suma total de bondad que hay en el mundo; y purifica mi corazón para que pueda servirte con honestidad. Amén.