La mayoría de los encuestados en una encuesta en Polonia creen que existe una conspiración judía mundial para controlar la banca internacional y los medios de comunicación y eso que el 90 % de estos polacos dicen que no conocen a ningún judío.
El estudio nacional, realizado por el Centro de Investigación sobre los prejuicios de la Universidad de Varsovia, encontró que en Polonia, la creencia de una conspiración judía sigue siendo alta – 63 % en 2013 – y relativamente sin cambios desde 2009, cuando el 65% de los encuestados sostuvo esta creencia.
El estudio también encontró un aumento del 8 por ciento en las formas más tradicionales de antisemitismo, incluyendo culpar a los judíos por la muerte de Jesucristo y la creencia de que la sangre cristiana se utiliza en los rituales judíos.
Los hallazgos del estudio fueron presentados al Sejm polaco, es decir el Parlamento, el 9 de enero de este año.
Michal Bilewicz , director del Centro para la Investigación del prejuicio , quien además es profesor asistente en la facultad de psicología de la Universidad de Varsovia es co –redactor del informe.
Mediante una conversación por correo electrónico, Bilewicz dijo que la mayoría de los miembros del Parlamento polaco elogiaron el estudio y muchos sugirieron medidas educativas para combatir los prejuicios. Una voz contraria fue la de Dorota Arciszewska-Mielewczyk , miembro del partido “Ley y Justicia” de centroderecha, quien manifestó que esas cuestiones «deben debatirse en la Knesset y no el parlamento polaco. »
En una entrevista telefónica, Arciszewska-Mielewczyk se disculpó diciendo que sus declaraciones fueron sacadas de contexto. Hablando a través de un intérprete, ella dijo que había expresado su esperanza de que los miembors de la Knesset que vendrían a Polonia se unirían a la campaña para dejar de llamar a los campos nazis «campos de concentración polacos» , una queja común entre sus compatriotas.
Según Arciszewska-Mielewczyk, un grupo judío que estaba presente cuando habló, tuvo una reacción negativa a sus palabras. Ella afirmó que no quiso ser peyorativa, sino que para ella la Knesset es el órgano que representa a la nación judía en todo el mundo.
Las declaraciones de Arciszewska-Mielewczyk reflejan una creencia común en Polonia de que la legislatura nacional de Israel representa a todos los judíos.
Geográficamente, los hallazgos del estudio, sugieren que las provincias de Lublin y Lodz en el sureste de Polonia son las regiones más antisemitas del país.
Aquí es donde existieron las mayores comunidades judías antes de la guerra, y donde las ruinas de muchas sinagogas siguen en pie, aunque prácticamente los judíos no viven allí hoy.
Bilewicz señaló que cientos de cementerios de esta región de Polonia han sido profanados y agregó que el alto nivel de antisemitismo en esta parte de Polonia constituye la nueva modalidad de antisemitismo sin judíos.
«Sabemos que se basa en un antisemitismo muy profundo que está tan incrustado en las mentes de las personas que no consideran un problema expresarlo».
Antes de que el Holocausto vivían 3,2 millones de judíos en Polonia, en comparación con los 10.000 judíos que viven actualmente allí.
Para Zusanna Radzik, un católica devoto que supervisa la Escuela del Diálogo, un programa que pretende recuperar la historia perdida de la presencia judía en Polonia, la noticia más importante de la encuesta fue el aumento en el antisemitismo tradicional. Ella cree que siempre ha existido, pero que los polacos se sienten ahora más cómodos expresándolo.
La archi conservadora Iglesia Católica de Polonia, bien podría ser culpada por la perpetuación de las formas tradicionales de antisemitismo. El estudio de Bilewicz, no obstante, considera que el antisemitismo es igualmente común entre los creyentes y como los que no son religiosos. Por otra parte, la asistencia a la iglesia ha disminuido ligeramente entre 2009 y 2013, un período durante el cual la proporción de personas que tienen creencias antisemitas tradicionales ha aumentado.
La Profesora Joanna Tokarska-Bakir, antropóloga de la Academia de Ciencias de Polonia, ha estado investigando la persistencia de las creencias del libelo de sangre en el este de Polonia, concluyendo que la Iglesia sigue desempeñando un papel clave. Sostiene que en las escuelas católicas nacidas después de la caída del comunismo en 1989, los estudiantes están expuestos a las lecciones que se impregnan con temas antisemitas.
A pesar de estos altos niveles de antisemitismo, hay signos de esperanza.
La inauguración oficial un nuevo Museo sobre la Historia de los judíos polaco está prevista para septiembre de 2014. La ciudad de Varsovia y el Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional financian su construcción. Las exposiciones del museo mostrarán las contribuciones judías a la vida polaca durante los más de 1.000 años que los judíos han vivido en Polonia. Los talleres para estudiantes ya están en marcha.
La Escuela de Diálogo de Radzik también pretende recuperar el pasado judío de Polonia. Despliega a educadores en toda Polonia para que los estudiantes tomen conciencia de los lugares en los pueblos donde los judíos han vivido y trabajado, donde había sinagogas y mikvehs. La escuela también enseña a los jóvenes polacos sobre el judaísmo.
La apertura de un nuevo Centro Comunitario Judío en Varsovia en octubre pasado fue otro paso hacia el renacimiento de la vida judía en Polonia.
Por JTA, Mensuario Identidad