PARASHOT NITZAVíM VAYÉLEJ: no claudicaremos

«Retornarás hacia Dios… Aunque tus desterrados estén en el extremos del cielo, también de allí te reunirá Dios… y te traerá a la tierra que tus padres poseyeron». Deuteronomio 30:4

En este clima tan enrarecido en el que nos adentramos a los Yamím Noraím, buscando palabras de esperanza y consuelo, me daré la licencia de reescribir este versículo de parashat Nitzavím; una de las dos parshiot que leemos todos los años antes de Rosh Hashaná.

“Retornarán…aunque tus desterrados estén en el extremo del infierno, también de allí se reunirán… y los traerán a la tierra que sus padres poseen.”

No se enojen conmigo. ¿Dónde está Dios en el versículo?

No estamos pidiendo un milagro. Acá se necesitan liderazgos humanos que elijan otro camino, que encuentren resoluciones alternativas. Acá se necesitan naciones que despierten ante el horror y asuman un compromiso ético con la vida, más que con la economía o los intereses políticos.

Por eso me gustaría leer en voz alta este Shabat que los desterrados, los secuestrados, los torturados, volverán a su tierra, aquella que tanto anhelamos, aquella que tanto construimos, aquella que tantos otros se empecinan en destruir.

Porque lo que estamos viviendo depende de las decisiones humanas que se fueron tomando a lo largo de estos fatídicos 11 meses y 3 semanas.  «Mira, pongo ante ti hoy, la vida y lo bueno, la muerte y lo malo”- dice la Torá en Nitzavim (30:15)-.

Así estamos. Estas son las consecuencias de las elecciones que se tomaron.

En parashat Nitzvavim figuran una serie de “maldiciones” que acaecerán sobre el pueblo si no siguen el camino de Dios. Y el Talmud en el tratado de Meguilá (31b) nos dice:

“Se enseña en una baraita (texto de la época de la Mishná): Rabí Shimon ben Elazar dijo: Ezra decretó para el pueblo judío que debían leer la porción de las maldiciones que están registradas en Levítico antes de Shavuot y la porción de las maldiciones que están registradas en Deuteronomio antes de Rosh HaShana. La Guemará pregunta: ¿Cuál es la razón de esto? Abaye dijo, y algunos dicen que fue Reish Lakish quien dijo: Para que el año pueda concluir junto con sus maldiciones, y el nuevo año pueda comenzar sin la ominosa lectura de las maldiciones.”

¿Tendremos acaso la fuerza espiritual de pedir que las maldiciones que no fueron este año solo un texto, sino que las vivimos en carne propia, en carne viva se vayan con este año eterno que estamos despidiendo? ¿Cuándo volveremos a vivir sin este pesar?

Acá también me gustaría agregar una parte al texto del Talmud y decir que antes de Rosh Hashaná no sólo que pedimos que se vayan las maldiciones, sino que nos manifestamos erguidos, de pie, seguros como el nombre de la parashá Nitzvaim lo indica, porque nadie nos doblegará, nadie nos quebrará la dignidad y juntos, de pie, con la frente en alto recibiremos este nuevo año.

אַתֶּ֨ם נִצָּבִ֤ים הַיּוֹם֙ כֻּלְּכֶ֔ם לִפְנֵ֖י ה’ אֱלֹקֵיכֶ֑ם

“Uds. están hoy todos firmes delante del Señor vuestro Dios…” Deuteronomio 29:9

Con el alma a jirones. La vista gastada de imágenes de dolor. El corazón cansado de batir fuerte ante el pavor. Pero de pie. Y no sólo de pie. Sino que como esta parashá se continúa con la siguiente Vaiélej, que significa “y caminó”, afirmamos que seguiremos marchando, con nuestros ideales en alto, con nuestras convicciones, nuestros deseos, nuestros sueños y nuestras dignidades.

Nadie podrá detener este capítulo de la historia que empieza acá, cuando Moshé los reúne para despedirse y les confirma que no sólo ellos son los receptores de la promesa, sino que allí estuvimos todos. Estuve yo, estás vos que ahora estás leyendo estas líneas, están las generaciones que nos precedieron y las que vendrán. Estamos por nosotros y por todos aquellos que la violencia y el odio se ocupó de hacer desaparecer. Estamos por nuestros hijos y por nuestros nietos, a quienes no queremos legarles otra cosa más que nuestra lucha por la paz, por la convivencia y el entendimiento.

De pie, y dispuestos a la marcha, nos despedimos de este año que marcó a fuego la resistencia de nuestro pueblo y la resiliencia de todos para no resignarnos ni abatirnos.

Tijlé shana vekileloteha- que culmine este año y sus maldiciones.

Tajel shana uvirjoteha- que comience el año con, al menos, buenas noticias.

Rabina Silvina Chemen.