Momentos decisivos en la Historia Judía (1/3)

¿Qué es un momento decisivo en realidad? La historia rara vez ubica alteraciones radicales en un solo año. De todos modos, hubo tres fechas, todas ellas obvias, que cambiaron el destino del pueblo judío. La destrucción del Segundo Templo en el año 70 d. E. C. terminó no solo con la forma de organización política judía sino con el judaísmo como un culto ritual de sacrificios. La mudanza de la academia de Yochanan ben Zakkai a Yavne significó que el judaísmo se convertiría en una religión prescrita rabínicamente, con los saduceos y los esenios marginados. Llevaría más tiempo cerrar el canon de la Biblia hebrea, pero las semillas para la creación de la Mishná y luego el Talmud más amplio, que codifica el estatus de una ley oral al lado del texto escrito, habían sido creadas. Así, de la calamidad política nacieron la creatividad infinita y el poder de permanencia del judaísmo.

La atroz brutalidad del 9 de noviembre de 1938, la Kristallnacht, no fue el momento fundacional del nazismo como un programa de aniquilación de la vida judía, ni su peor consumación, pero significó la comprobación de la docilidad y la colaboración de los pueblos alemán y austríaco para con la brutal deshumanización que culminaría en la Shoá. Aquellos que se mantuvieron al margen mientras a los judíos se les infligían depravadas atrocidades, estaban ensayando la actitud de mantenerse al margen de todos quienes presenciaron o participaron en los Aktionen (acciones) y asesinatos en masa de las Einsatzgruppen (los escuadrones de la muerte nazis). Era el momento en que matar judíos podía producir un encogimiento de hombros o una sonrisa.

Pero luego, diez años después, llegó el 14 de mayo de 1948 y la creación, en condiciones de peligro extremo, del Estado de Israel. Podría haber otros contendientes para este momento de resurgimiento y redención: el primer Congreso Sionista, la Declaración Balfour, el voto de las Naciones Unidas de noviembre de 1947. Pero todavía hay algo sumamente dramático en la declaración de David Ben Gurión en el Museo de Tel Aviv, entre otras cosas, debido a la profunda dignidad moral del compromiso de “la completa igualdad de los derechos sociales y políticos de todos sus habitantes, independientemente de su religión, raza o sexo” y la garantía de “libertad de religión, conciencia, idioma, educación y cultura”.

Autor: SimonSchama, profesor de Historia e Historia del Srte en la Universidad de Columbia y autor de “TheStoryoftheJews” (La historia de los judíos). Fuente: TuMeser