La Ketubá o contrato matrimonial

La Ketubá es el contrato matrimonial que durante el casamiento es firmado (por dos testigos, antes de la ceremonia) y es entregado a la novia en los nisuín. Es un contrato entre dos personas libres, la mujer no se convierte en posesión del marido de acuerdo a la tradición judía. En este escrito se disponen las obligaciones vinculantes de acuerdo a la ley judía en cuestión de matrimonio.

La Ketuba tiene orígenes muy antiguos, la más antigua conocida data del siglo V E.C. y es, sin duda, un intento de proteger a las mujeres casadas, de forma que se especifiquen los deberes que sus maridos tienen para con ellas por escrito de acuerdo al judaísmo. Es más, el mismo Talmud establece explícitamente que el propósito de la ketubá es no hacer fácil que un marido se divorcie de su mujer (protección necesaria dado que el marido es el único que puede iniciar el divorcio).

En una Ketubá tradicional es habitual:

– Una provisión fijada de dinero para manutención de la mujer tras el divorcio (si este se produce), y debe ser una cantidad de dinero necesaria para que se pueda mantenerse a ella y a su familia, por lo menos durante un año. Si ella muriese primero, esa suma de dinero sería dada a sus hijos.

– El valor de la propiedad que la novia trae al matrimonio. El marido podría gozar de las ganancias que pudiese este producir, pero en caso de divorcio debe devolver el principal.

– Una cantidad adicional de dinero en caso de divorcio por parte del marido a la mujer, Tosefet Ketuba.

Además, el marido tiene el deber de provisionar a su mujer de comida, ropa, asistencia médica y relaciones conyugales continuas para cumplir la mitsvá de multiplicarse. También de pagar su rescate (si fuese secuestrada), pagar su funeral (si muriese ella primero), un fondo para mantener a las hijas hasta que se casen (si él muere antes de ese evento), el derecho a vivir en su casa si él muere primero, etc.

La mujer, de acuerdo al Talmud, también tiene obligaciones, tales como proveer a la familia de sus ingresos por su trabajo (si trabajase) y por supuesto cuidarlos y educarlos con valores judíos.

Los movimientos no ortodoxos han propuesto modificaciones o añadidos a la Ketubá tradicional. Por ejemplo, una cláusula en la que se acuerda que en cuestiones de divorcio ambas partes aceptaran la decisión del Bet Din o versiones igualitarias focalizadas menos en aspectos económicos y legales y más en los deberes éticos deseables dentro de un matrimonio.