En hebreo, el término de “Mussar” en la Torá, se refiere a reprender, enseñar y advertir o el acto de castigar por una mala acción. Hoy día, este término está usado en sentido de “Ética” y se refiere a la conducta adecuada en la vida e incluye principios básicos referentes a la conducta correcta entre el ser humano y el Todopoderoso o entre el ser humano y su semejante. Esta conferencia trata de explicar algunos de los pilares en la ética médica de punto de vista del judaísmo, conocidos como “Ética Médica Judía” o en términos internacionales, “Jewish Medical Ethics”.
Se preguntarán: ¿Cuál es la diferencia entre la ética médica judía y la ética medica secular? Una diferencia fundamental está enraizada en la creencia en el Eterno (Kadosh BarujHu) y Su Torá, al contraste con las bases de la ética secular, que reconoce como fundamentos primordiales, el humanismo y el intelecto racional.
La Ética Judía tiene como base la Ley Escrita (Torá) y la Ley oral (Talmud), incluyendo tanto los preceptos de relaciones entre el ser humano y D-os, careciendo de vez en cuando de lógica humana, como entre el ser humano y su semejante que son lógicos y explicables en términos humanos.
Los debates sobre dilemas de ética médica, de punto de vista Halájico, tienen sus orígenes en la Edad Media. Los principios básicos están ya enumerados en la Torá, en el Talmud y en la vasta literatura rabínica de las varias eras. Hasta hace poco tiempo no se usaba un término especifico para le ética médica, ni constituía una área separada de estudio. Debido al desarrollo en la ética médica secular, en los últimos años también apareció un nuevo campo de estudio conocido como “Ética Médica Judía”. Últimamente, el desarrollo tanto de las publicaciones como la frecuencia de las conferencias respecto a este tema, es impresionante.
La Ética Médica Judía, en términos de aplicación halájica y principios de ética judía, para solucionar problemas, se difiere de la ética médica secular en cuatro puntos:
– El ámbito de debates y puntos de vista.
– Métodos de análisis y discusiones.
– Conclusiones finales.
– Principios básicos.
1. El ámbito de los debates y puntos de vista
La Halajá se dedica a todas las preguntas que plantea la ética médica secular, sean actuales o antiguas. La Halajá decide igualmente asuntos médicos específicos que afectan solo a los judíos, especialmente a aquellos que respetan los preceptos de la Torá. La toma de posición básica en la ética judía es la misma en todos los asuntos tratando: enfermedades terminales, abortos, trasplantes de órganos, tratamientos en Shabat, Tajara Mishpaja (pureza familiar) o las leyes para la mujer en el periodo de ciclo menstrual.
2. Métodos de análisis y discusiones
La Ética Médica Judía suele analizar los asuntos de ética médica, con los mismos métodos y principios halájicos que normalmente se aplican en la análisis de todos los asuntos de Halajá usando principios básicos y fuentes enunciados en el Talmud, en los Códigos de Ley Judía o en la literatura de Responsa de todas la generaciones. Se presentan primero los datos científicos y médicos para que después sean evaluados y debatidos con las herramientas de la Halajá. No siempre es fácil llegar a conclusiones halájicas respecto a cuestiones médicas.
Para llegar a conclusiones halájicas correctas, son imprescindibles altos conocimientos científicos, conocimientos de medicina y de Halajá. Desde la redacción del Talmud hasta los tiempos actuales, las decisiones halajicas se dictaminaban en un formato de preguntas y respuestas. La pregunta ética primero se identificaba, se presentaba a una autoridad rabínica y esta formulaba la respuesta.
En un futuro, esta secuencia puede sufrir algunos cambios. Debido a los cambios tan rápidos que sufre la medicina y la ciencia en general, pude ser necesario que se formulen respuestas halájicas en asuntos médicos complicados, con antelación respecto a temas en curso de desarrollo. (p.ej. investigación respecto a las células madre).
Esta necesidad surge del hecho de que el desarrollo es muy rápido, los asuntos halájicos muy complicados y las diferencias en los asuntos de ética son substanciales. Así, que la Halajá va a tener que anticipar los progresos científicos y establecer seguridad halájica en los asuntos mayores de la medicina. En todos los casos, estas decisiones podrán ser tomadas sólo por autoridades rabínicas excelentes con conocimientos excelentes en medicina moderna así como con experiencia en este ámbito.
3. Conclusiones finales
La Halajá intenta ofrecer soluciones finales y operativas en asuntos presentados a las autoridades rabínicas. Esto está en contraste con la ética médica secular, cuya función y propósito está en definir el dilema ético relevante, enfocar debates respecto a puntos de vista diferentes, aunque sin llegar necesariamente a una conclusión práctica final.
Desde siempre, en todos los casos, los rabinos tenían puntos de vista diferentes y muchas veces no pudieron llegar a decisiones unánimes. Estos casos no son diferentes a cualquier otro asunto legal. No obstante hay un mecanismo en la Halajá para decidir entre varias opiniones. Aquí no hay ninguna diferencia entre asuntos médicos o cualquier otro asunto sea en el área de práctica o creencia judía.
La estructura halájica para resolver asuntos de ética médica es tripartita incluyendo al paciente y/o su familia, al médico y al rabino. El paciente está obligado a buscar la mejor asistencia médica. Tiene la elección libre respecto al médico y al rabino, pudiendo expresar todos sus deseos personales. El medico esta obligado a tratar al paciente usando los mejores medios de diagnóstico y de tratamiento según sus conocimientos y su juicio. El rabino esta obligado de entender todos los hechos respecto al asunto médico, tomar en consideración los puntos de vista del paciente y del médico y tomar una decisión según la Halajá y a su experiencia en el ámbito.
Su decisión es vinculante tanto para el paciente como para el médico. No obstante, esta construcción tiene validez solo en asuntos médicos que tienen ramificaciones halájicas. En asuntos puros médicos, el médico es aquel que toma las decisiones.
4. Principios básicos
Los principios básicos de la Ética Judía Médica en comparación con la ética médica secular son los siguientes: La Ética Judía, incluyendo la ética médica, está basada en deberes, obligaciones, preceptos y responsabilidad mutua. La aceptación de la Torá y Sus Preceptos se caracteriza como “yugo del cielo” y “yugo de la Torá”. La aceptación de este yugo representa el propósito final del judío en este mundo y trae realización y satisfacción espiritual. La palabra “recto” significando “estoy autorizado para hacer algo” en su sentido moderno, no existe en la literatura bíblica y talmúdica.
No obstante la ética médica secular esta basada sobre conceptos de derechos y autonomía. Aquí se trata de una visión minimalista que justifica decisiones humanas que no pueden ser criticadas hasta que no perjudiquen al otro ser humano. El judaísmo requiere la autorrealización, basada en requisitos morales que van más allá del propio ego, sentimiento temporal y pasajero, y sobre todo, basada en los valores de que se beneficia toda la sociedad.
El Judaísmo resuelve preguntas halájicas según circunstancias individuales y desarrolla la respuesta según los detalles y las características de la situación usando muchas de las reglas básicas halájicas y sus principios. Estos principios están en la base de la literatura de responsa rabínica y son adaptados perfectamente a las cuestiones médicas donde las circunstancias difieren de un paciente al otro.
A diferencia de lo dicho, la ética médica secular occidental se sirve de un número limitado de principios éticos y los aplica en todas las situaciones involucrando cuestiones de ética médica. El propósito de estudiar y de enseñar Ética Médica Judía, como en todas las áreas del estudio de la Torá, es poner en práctica lo estudiado. El Judaísmo no es solo una disciplina académica.
La relación médico-paciente en el Judaísmo no es un convenio contractual voluntario sino un precepto Divino obligatorio. El paciente está obligado a exigir un tratamiento por parte del médico, con el propósito de curación, pero por otro lado está también obligado hacer todo posible para prevenir enfermedades.
La obligación del médico es curar y está considerado como un mensajero de D-os en el cuidado del paciente. El paciente no está libre en su decisión de rehusar un tratamiento que puede aliviar su enfermedad y su sufrimiento y, aún más, salvar su vida. En el Judaísmo, el valor de la vida humana es el precepto supremo y por esto, para salvar una vida, casi todos los preceptos bíblicos que puedan impedir ese cumplimiento se anulan (por ejemplo, viajar en Shabat, operar en Shabat, etc.). En contraste, la óptica en la ética secular es que la vida humana representa uno de los valores, y varias veces pone más hincapié en la calidad de vida que en la vida en sí. Incluso en el Judaísmo hay muy pocos casos (ej. idolatría o inmoralidad sexual) donde el valor de la vida humana no es absoluto, pero esto no disminuye el valor supremo de la vida humana en el judaísmo.
El judaísmo legítima por supuesto una autonomía en decisiones por parte del paciente y sobretodo en su relación con el especialista pero hasta que su autonomía no entra en conflicto con los principios básicos del judaísmo, como por ejemplo preservar la salud y la vida. En el judaísmo el ser humano tiene libre albedrío, pero esto no significa que puede vivir en inmoralidad o transgredir los preceptos de la Torá. La persona está obligada de vivir dentro de la Halajá. Las decisiones que no requieren reglas de Halajá, se pueden tomar libremente. Los principios de beneficencia y no maleficiencia son axiomas bien definidos en al judaísmo prohibiendo el dañar intencional a una persona físicamente, emocionalmente, o por difamación.
El judaísmo no solo exige de no dañar a tu prójimo, sino te obliga hacer el bien a tu semejante. Este hecho está. en algunos casos, en oposición con la ética secular que sí te prohíbe dañar a otra persona pero no te exige hacer el bien a tu semejante. Los actos de benevolencia son estimados y bien vistos, pero no especialmente requeridos.
Autor: Roberto Stern. Fuente: RAMBAM