Durante los primeros cinco siglos de nuestra era, los grandes rabinos de las academias en Eretz Israel y en Mesopotamia, dotaron al pueblo judío de un sistema legal basado en tres ejes: el Talmud, las Cortes y Academias rabínicas y la Responsa, que son respuestas de los rabinos a preguntas concretas. Con el Talmud, el
Los fieles judíos se inclinan muy pocas veces durante la oración. Ello se hace cuatro veces durante la Amidá, una vez más durante la meditación de conclusión de la Amidá, una vez durante la oración de Aleinu, y una vez al responder a la declaración del Maestro de Oraciones durante el Barejú. En los tres últimos
En Yom Kipur no sólo está prohibido comer y beber, sino que también nos afligimos prescindiendo de otros placeres físicos. Nuestros sabios han enumerado cinco aflicciones: debemos abstenernos de comer, beber, lavar o acicalar nuestro cuerpo, calzar zapatos de cuero y mantener relaciones intimas. Estas cinco aflicciones corresponden a los Cinco libros de la Torá,
“Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién
Parashat Ki Tavó nos ubica en los minutos previos a la entrada a la tan ansiada tierra. Moshé anticipa las acciones que deberán realizar una vez que consigan asentarse. Entre ellas, la maravillosa Mitzvá de los bikurim, las primicias, como mensaje de la relevancia de la gratitud y el reconocimiento por lo que uno tiene.
Estudiamos en el Talmud (Abot 2,18) que enseñaba Rabí Shimon: “Debes ser sumamente cuidadoso en el recitado de la Shemá y la plegaria, y cuando reces, no hagas de tu plegaria algo fijo sino misericordia ante el Señor.» Otro pasaje del Talmud (Berajot 29) explica lo que la citada enseñanza de Rabí Shimon nos enseña.