PARASHAT KI TETZÉ : Teshuvá y memoria

Parashat Ki Tetzé nos convoca a múltiples estímulos: una sucesión de mitzvot, muchas de ellas ejemplares para nuestros días, que nos ayudan a entrar en las preguntas de este mes de Elul. Y si tuviéramos que asignarle un hilo conductor a todo ello, podríamos encontrar que la inspiración que lleva a que cumplamos cada uno de estos preceptos, es la memoria.

Ki Tetzé nos pide una y otra vez que recordemos.

“Cuídate de una infección de tzaraat para que observes diligentemente y hagas conforme a todo lo que los sacerdotes levitas os enseñen; como les he ordenado, así cuidaréis de hacer. Recuerda lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Miriam en el camino, cuando salíais de Egipto.” (Devarim 24:8-9)

“Cuando vendimies tu viña, no la repasarás; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda. Recordarás que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.” (Devarim 24:21-22)

“Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios.” (Devarim 25:17-18)

Si recapitulamos, la parashá nos pide que recordemos las consecuencias de habernos entregado al chisme y a la maledicencia, como le sucedió a Miriam, la hermana de Moshé. Nos pide que seamos generosos con los que están condenados a la exclusión porque excluidos y oprimidos fuimos en la tierra de Egipto. Y por último recordar lo que nos hizo Amalec, un pueblo que nos atacó por la espalda, desprevenidos.

Porque al contar la historia de nuestro pasado, aprendemos quiénes somos y qué debemos aprender de esta memoria, que no es sólo evocación sino que es huella que demanda respuestas.

¿De quién depende la memoria? De cada uno de nosotros. Nadie puede imponernos cómo recordar. Hubo un suceso en un pasado. Hay reverberaciones diversas en cada uno de nosotros; anclan en nuestra propia historia para reescribirla, con los aprendizajes de lo que vivimos como pueblo.

La memoria no es una sola, a eso aluden las voluntades aún totalitarias que sueñan con el registro unívoco de lo sucedido y una sola interpretación.

La memoria de unos no debe clausurar las memorias de otros.

Estamos en el mes de Elul, encaminándonos a Rosh Hashaná, que casualmente o no, se llama Iom Hazikaron -el día de la memoria.

Y para llegar a ese día, tenemos que hacer un ejercicio de memoria, individual, personal, silencioso, privado y único. La memoria es búsqueda permanente… Y aquí estamos, en este proceso de teshuvá, buscándonos… Aturdidos por la velocidad y vertiginosidad de nuestras vidas, los tiempos aquietados que nos demos para rememorar, nos permitirán recorrer una y otra vez relatos, ideas, sensaciones del año que está concluyendo, para transformarlos en aprendizajes en  nuestro presente.

La memoria, para la tradición de Israel, es un mandato ético; cuando lo que pasa por el recuerdo se transforma en un compromiso para la acción presente. La memoria nos hace responsables de nuestros actos porque a partir de ella nosotros deberemos tomar decisiones. Los usos de la memoria, como señala Tzvetan Todorov, se transforman desde esta perspectiva en los usos de nuestra responsabilidad. Somos responsables por lo que recordamos y por lo que hacemos con lo que recordamos.

La Teshuvá es un acto de resistencia. Sí. Un acto de resistencia a la irreversibilidad de la condición humana, una manifestación de esperanza ante los discursos de oscuridad, y de la sin-salida.

Depende de nosotros. De nuestra valentía de mirarnos y mirar hacia atrás. De revisar las palabras que dijimos, a quién lastimamos- como lo hizo Miriam. De preguntarnos de quiénes nos aprovechamos atacándolos por la espalda, a quiénes dejamos desarmados sin poder siquiera defenderse, sin poder prepararse para reaccionar. De registrar de cuántos nos ocupamos que estuvieran en situación de oscuridad, de maltrato y falta de libertad.

La tradición de nuestro pueblo no pactó con la irreversibilidad. Sino con el compromiso. Con la responsabilidad. Con la toma de posición. Contra todo tipo de neutralidad e indiferencia.

Como decía Friedrich Nietzche, en “Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida”: Sólo por la energía para utilizar lo pasado para la vida, para hacer de lo ya ocurrido de nuevo historia llega el hombre a ser hombre.

Shabat Shalom,

Rabina Silvina Chemen.