PARASHAT BEHAR: ¿En quiénes nos transformamos cuando cumplimos?

Parashat Behar nos introduce a temas que hoy están en boga; como la protección del medio ambiente, la sustentabilidad, el respeto por la tierra…

Ya desde el capítulo 25 del libro de Vaikrá, la tradición judía tomó una posición al respecto. Y la transmite a aquellos que aún no han entrado a la tierra y que lo único que saben de ella es que no podrán explotarla a su antojo porque debe descansar.

Shnat Hashmitá, el año sabático está descripto así en nuestra Torá: “Habló Dios a Moshé en el Monte Sinaí diciendo: Habla a los hijos de Israel y habrás de decirles: Cuando entréis a la tierra que Yo os doy a vosotros, habrá de descansar la tierra, descanso ante Adonai”.

¿Qué implica esto? Que la tierra se deja de trabajar en el año séptimo, y no sólo eso, sino que todos comerán de lo que ella haga crecer naturalmente, y no sólo eso, sino que todos podrán tomar de lo que la tierra brinde, no importa la propiedad del campo. No se puede acopiar, no se puede comerciar… la tierra descansa, la codicia y la inequidad también.

La creación recupera la misión con la que Dios creó al mundo. No se planta, no se poda, no se labra, no se recolecta. Los seres humanos tenemos el Shabat para recuperarnos a nosotros mismos en nuestra esencia, tantas veces perdida por la vorágine. La tierra también tiene su Shabat para recuperar su esencia- tantas veces perdida por la vorágine (qué coincidencia de palabras, ¿verdad?)

Se cambia el paradigma: se come distinto, se tiene otro tiempo, se generan otros vínculos, nos relacionamos con lo que poseemos de manera diferente. Una oportunidad cada 7 años.

Imagino que muchos estarán entendiendo este desarrollo como una posición utópica, hasta ingenua en este tiempo en el que el lenguaje de la propiedad rige todos nuestros climas.

Y justamente acá quiero quedarme. En una mitzvá particular, como lo es la Shmitá, para pensarnos a nosotros mismos a la hora de acercarnos a su cumplimiento. A ésta como a cualquier otra. El modo en el cumplimos lo que debemos cumplir habla de nosotros mismos, o quizás nos va moldeando.

¿Cómo se lee una mitzvá como Shnat Hashmitá?

¿Nos estaremos enfrentando a un tema que deberemos resolver técnicamente? ¿Pensaremos cómo sacaremos rédito de los años anteriores, cuánto acopiaremos, cómo cercaremos o no nuestra propiedad? ¿Pensaremos en los nuestros solamente? ¿Nos consolaremos creyendo que una vez cada siete, si dejamos entrar a “los otros” – llámese los extranjeros, los carenciados, los vulnerados- somos buena gente?

Hay un modo de cumplir que es correcto. El técnico. El que hay que hacerlo; está escrito. Y trataré que me perturbe lo menos posible. Así se ha tratado tantas veces de encontrarle la “letra chica” a esta mitzvá en la tierra de Israel para evitar su cumplimiento, porque el técnico es un burócrata de la ley. Va por la forma. Se siente orgulloso de la puntillosidad. Y en el nombre de la letra dura, vive rigidizado, ordenado, y a su vez, desligado porque el vínculo de obligatoriedad no permite ningún tipo de vinculación personal, pregunta o deseo.

Hay otra posibilidad de lectura cuando nos confrontamos con textos preceptivos, que nos indican un camino a cumplir. Y quizás sea la que provenga de una lectura ética. Hay un orden social, además de un resultado económico, en esta decisión de Dios, transmitida por Moshé al pueblo de Israel. Hay un trasfondo de justicia social, dado que cualquiera podrá “servirse” de lo que crezca en la tierra y a su vez es una oportunidad de vivenciar que nosotros somos, tenemos, vivimos, existimos, porque hay una tierra a la que debemos tratar con respeto. Me animo a decir que este modo de cumplir es motivador, y desafiante para la existencia humana. Tenemos la potestad de hacer el bien y eso nos hace bien. Un pensamiento que va más allá de nosotros y nuestros beneficios y que nos modifica cuando ponemos el foco en el prójimo y en la tierra- otro prójimo, aunque tantas veces lo neguemos.

Ambos cumplen, el técnico y el ético. Quizás a simple vista ambos hacen lo mismo. Lo que no es igual es lo que el cumplimiento hace de ellos. La sumisión o la libertad, el deber o el disfrute, el miedo al castigo o la construcción trascendente.

¿Dónde está escrito cómo cumplir las leyes de la Torá? En nuestra propia conciencia, en nuestras propia decisiones de hacer del texto bíblico nuestra hoja de ruta, de cómo lo transmitimos a nuestros hijos, de cómo nos preocupamos o de hacer más o de hacer mejor…

Ojalá que nuestro vínculo con la tierra y con la humanidad nos hagan reflexionar sobre esto.

Shabat Shalom,

Rabina Silvina Chemen.