La visión judía sobre el tatuaje

Hace tiempo salió una noticia en varios periódicos del espectáculo, acerca del cambio de vida de Drew Barrymore. La actriz y modelo dicidió borrar sus siete tatuajes del cuerpo, como “postre” a su conversión al judaísmo.

Anteriormente se había casado bajo las tradiciones judías y  se encontraba decidida a eliminar los tatuajes, porque según sus propias palabras, tiene intención de ser enterrada en un cementerio judío, junto a su esposo.

¿Por qué la actriz desea eliminar sus tatuajes? ¿Cuál es el motivo de eliminarlos?.

La Real Academia Española (RAE), define a la palabra tatuaje como el efecto de tatuar. La acción de grabar dibujos, figuras, o textos, en la piel humana, introduciendo colorantes.

En 1991, se encontró una momia, llamada el Hombre de Hielo, con 57 tatuajes en la espalda y es hasta ahora, el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado.

La palabra tatuaje, surge como significado de marcar o golpear dos veces, en referencia al método tradicional de aplicarlos. Dentro de los datos más antiguos que encontramos como tatuadores, podemos mencionar a los maoríes (generalmente los hacían para la guerra), y los egipcios (los relacionaban con las deidades y la protección).

El ejemplo más reciente, es el genocidio de la Alemania nazi, que marcaba los brazos de los prisioneros, (mayoritariamente judíos), en los campos de concentración, con la intención que portaran un número de identificación que les facilitara su abyecto proyecto.

En los últimos años, desde finales del siglo pasado, el tatuaje ha sido incorporado progresivamente a la sociedad, y hoy día, cumple funciones puramente estéticas, y modo de expresión artísticas y no distingue entre sectores sociales.

Respecto a la permanencia de los tatuajes, hay dos grupos, los¨temporales¨, que desaparecen al poco tiempo de dibujarse y los «definitivos¨, que perduran toda la vida, salvo en el caso de que se eliminen con láser. En cuanto a la práctica, requiere de cuidados y limpiezas, a fin de prevenir enfermedades. La exposición directa en sangre, instrumentos previamente contaminados, falta de medidas higiénicas, entre otras cosas, pueden generar, por ejemplo, la hepatitis C, que es una enfermedad crónica causa de cáncer de hígado.

La visión del judaismo se concentra en  Levítico, y capítulo 19 vers 28, dice: “Y no haréis marcas en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo D’s”.

Rashi, (Rabi Shelomo Yitzjaki), considerado el más excelso comentarista de la Torá, entiende que la prohibición del tatuaje, se refiere a toda marca con agujas de tal modo que, permanezca para siempre dentro de la piel.

Otros comentaristas, ofrecen otra explicación para esta prohibición: El cuerpo humano es una creación Divina. Por lo tanto, es inapropiado mutilar la obra de Di-s. Cambiar el cuerpo (salvo por razones de salud), se puede entender como un insulto a Su obra.

Wl Rabino Iosef Michanie, quien dirige el Centro Comunitario Etz Hajaim – Jajam Shaul Sutton Dabbah, tiene una vasta experiencia en el trabajo educativo con jóvenes. Nos comenta que los tatuajes tienen tras de sí una larga historia, que data desde las tribus antiguas hasta hoy en día. En la actualidad, la moda de los tatuajes no cesa y es cada vez es más popular y menos marginal. Dicha tendencia abarca a todos los estratos sociales y a todas las edades, aunque el fuerte sea la franja que va desde los 15 hasta los 30 años.

La Torá, nos marca una prohibición de tatuarse, ya que se considera una costumbre pagana. Antiguamente, los pueblos politeístas, solían hacerse tatuajes de los distintos dioses que adoraban. Se considera que hacerse un tatuaje implica un daño al cuerpo, y solo se permite flagelarse cuando se obtenga algún beneficio, por ejemplo quitarse el apéndice, o cualquier operación para curar a un ser humano. Cabe recordar, que esta prohibición, abarca también a tatuajes de figuras que representen algún símbolo judaico, como un Maguen David, ya que justamente estaríamos aplicando el mismo concepto de costumbre pagana y daño del cuerpo.

Uno de los grandes mitos, que surge alrededor de este tema, dice que la persona judía que tiene un tatuaje, no puede ser enterrada en un cementerio judío. Definitivamente, es una creencia popular, ya que una persona judía por más que tenga su cuerpo tatuado sí puede ser enterrada en un cementerio judío.

Pero, si te gustan los tatuajes, hay opciones para tatuarse con técnicas temporales, para lo cual no hay ninguna restricción halájica.

En definitiva, los tatuajes, son difíciles de eliminar de tu cuerpo, y dependiendo de su ubicación, pueden ser también difíciles de ocultar. Debemos tener en cuenta los pros y contras siendo realista  y no actuar con el impulso, o como un acto de rebelión. Una mala decisión, puede dar lugar a toda una vida de problemas, ya sean de salud como religiosos.