Con el himno al Shabat del siglo XVI “Lejá dodí” (“Ven, mi amada…”), le damos la bienvenida al Shabat como a una novia y como a una reina.
Este concepto se remonta al Talmud, donde leemos que rabí Janina solía llevar sus prendas especiales en la víspera de Shabat y decía: “Ven, y saldremos a saludar al Shabat, la reina”. Otro sabio, rabí Ianai, vestía sus prendas en la víspera de Shabat y decía: “Entra, oh, novia. Entra, oh, novia”. (1)
Entonces, ¿Qué es el Shabat? ¿Una novia o una reina? ¿Y quién es su esposo?
Rabí Shmuel Eidels, conocido como el Maharsha (1555-1631), explica que esto se basa en la enseñanza midráshica (2) de que cuando Di-s creó el mundo, el Shabat le rogó a Di-s y le dijo: “Todos los demás tienen una pareja (por ejemplo, el domingo tiene al lunes como pareja, el martes tiene al miércoles, etc.), pero ¡yo no tengo a nadie!”. Di-s respondió: “La comunidad de Israel será tu pareja”.
Años más tarde, cuando Israel estuvo de pie frente al Sinaí, Di-s dijo: “Recuerda que le he dicho al Shabat que la comunidad de Israel es su pareja. Esto es lo que significa el versículo ‘Acuérdate del shabat para santificarlo’”. (3) La palabra hebrea para “santificar” también denota el concepto de matrimonio. Entonces, es como si Di-s dijera: “Acuérdate de mi promesa al shabat, y asegúrate de casarte con ella”.
Luego explica que el momento en el que se consuma este matrimonio es cuando el sol se pone en la tarde del viernes. Como el pueblo judío es considerado “hijo de la realeza” (4), al Shabat se le llama reina, por ser la novia de un rey. (5)
El versículo de Bereshit dice: “Y en el séptimo día completó Di-s la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho”. (6) El Midrash señala que este versículo parece contradictorio. ¿Di-s terminó su trabajo en el séptimo día? ¿O ya descansaba, luego de haber terminado su trabajo antes del comienzo del séptimo día?
El Midrash explica que el Shabat, el día de descanso, fue en sí mismo la creación del séptimo día. En palabras del Midrash: “Esto es comparable con un rey que ya ha preparado la cámara nupcial pero al que le falta una novia. De manera similar, al mundo le faltaba el Shabat”. (7)
Una explicación para este Midrash es que el propósito de celebrar Shabat es recordar siempre que Di-s, el Rey, es el Creador del mundo. Él creó el mundo en seis días y descansó durante el séptimo. Al celebrar Shabat, recordamos que Di-s es el Creador.
Rabí Iehuda Loewe, conocido como el Maharal de Praga (1525-1609), explica que los tres términos, “Shabat”, “novia” y “reina”, representan tres maneras diferentes de honrar el Shabat:
– Descansamos del trabajo. La palabra shabat significa “descanso”.
– Con prendas especiales, así como una novia se viste de gala para la boda.
– Permisivos respecto de delicias especiales y actividades placenteras, como la realeza. (8)
Según esta explicación, parece como si nosotros mismos nos convirtiéramos en la novia durante el Shabat.
Nuestros sabios nos dicen que si todos nosotros cumplimos al menos con un Shabat, mereceremos la redención definitiva, una era a la que se hace referencia como el Shabat eterno. ¡Que suceda pronto, en nuestros días!
Notas al Pie
- Talmud, Shabat 119a y Bava Kama 32a.
- Bereishit Rabá 11:8.
- Shemot 20:8.
- Ver, por ejemplo, Talmud Bava Metzia 113b.
- Maharsha, Jidushei Agadot sobre el Talmud, Bava Kama 32ª: Sobre esta base podemos apreciar una diferencia interesante entre la costumbre de rabí Janina, que “salía a saludar a la reina del shabat”, y rabí Ianai, que se quedaba donde fuera que estuviera y le daba la bienvenida al shabat con “Entra, oh, novia, oh, novia”. Según rabí Janina: así como es costumbre para un novio salir a saludar a la novia antes de la ceremonia de casamiento, nosotros también deberíamos salir a saludar a nuestra novia, la reina del shabat, durante la tarde del viernes. Rabí Ianai, sin embargo, saludaba a la novia shabat desde donde estuviera, porque el shabat ya estaba comenzando. Porque esto es lo que hace una novia: luego de casarse, va desde la casa de su padre hasta la casa del novio. Por esta razón, rabí Ianai da la bienvenida dos veces: “Entra, oh, novia. Entra, oh, novia”: una vez a la jupá (el palio nupcial) y una vez a la casa de su esposo.
- Bereshit 2:2.
- Bereshit Rabá 10:9.
- Maharal, Jidushei Agadot sobre el Talmud, Bava Kamma 32a.