PARASHAT REÉ 2024: para los que quieren el bien

כל שנה ושנה מוריק הדשא
ועולה החמה ויורד המטר
כל שנה ושנה אדמה מתחדשת
מלבין החצב ומזהיב ההדר
כל שנה נולדים אנשים לרוב
לדמעות ולצחוק, לאחוה ושינאה
יש מישהו הרוצה רק טוב
גם השנה…

Cada año la hierba se vuelve más verde

y el calor sube y la lluvia cae.

Cada año la tierra se renueva

blanquea la hojarasca y dora los cítricos.

La mayoría de las personas nacen cada año

a las lágrimas y las risas, a la hermandad y el odio.

Hay alguien que sólo quiere el bien

también este año…

Lea Goldberg

Hace un par de horas me encontré con una bella amiga, eximia música, con quien compartimos plegarias y melodías en los días más sagrados del año, y me hizo escuchar una canción, cuya poesía fue escrita por la gran poeta israelí Lea Goldberg (1911-1970). Me pedía que disfrute de la música, pero por sobre todo que le preste atención a la letra.

Gam Hashaná- también este año, es el título de este poema. – ¿Quizás la cantamos en Rosh Hashaná?, nos preguntábamos… -Quiero que la gente se permita ver lo bueno, me explicaba mi amiga. Gam Hashaná; también este año, con todo lo que estamos viviendo, hay alguien, pocos o muchos, ya no lo sé, que sólo quieren el bien.

Mira, yo pongo hoy delante de Uds. la bendición y la maldición”, (Devarim- Deuteronomio 11:26), así comienza la parashá de esta semana. Reé; mira y elige cómo miras con lo que se presenta delante de ti.

La bendición de acuerdo con la Torá y los exégetas es un “a posteriori”, es decir, sucede como consecuencia de haber elegido el camino del bien. Y la maldición, a su vez, es el camino inverso.

לפניכם היום. כל יום בחירה חדשה. (שפת אמת, ראה תרל»ג)

“Cada día es una nueva oportunidad de elección.” (Sefat Emét, Reé 1873)

Desde un aspecto teórico, filosófico, aspiracional, todos estamos de acuerdo con la belleza que tiene esta propuesta. Mirar y elegir, a partir de nuestros actos, el camino de la bendición o su opuesto.

Este año que se está yendo, con la inminente llegada del mes de Elul, es distinto a todos. Al menos, de los que yo tengo recuerdos. Si hiciéramos un inventario de lo vieron nuestros ojos este año no podríamos adherir a este versículo con liviandad.

Mira,… y ¿qué tengo que mirar si cuando levantamos la vista lo que vemos, lo que quedó alojado en nuestra retina como un puñal y nos ha quitado toda posibilidad de ver algo cercano a la “bendición”?

Y acá entra Lea Goldberg, que escribe como si fuera hoy. Habrá entendido en su tiempo que habría gente que ya no podía vincularse con el milagro de los ciclos de la naturaleza, o que quizás decidieron descreer totalmente de la contundencia y el valor de la bondad.

Y hoy, este poema nos vuelve a interpelar.

Nos han pasado las cosas más horrendas y despiadadas. Pero ¡atención! No sólo eso deberemos acomodar en los anaqueles de la memoria en nuestro proceso de Teshuvá.

Porque… TAMBIÉN ESTE AÑO la hierba reverdeció, los ciclos de las aguas en la tierra y desde el cielo se reeditaron. También este año pudimos ver colores. También este año, fruto del amor han venido niños a este mundo, un mundo habitado por polos que se expelen; la lagrima y la risa, la hermandad y el odio. También este año existen las personas que sólo quieren el bien y nos rescatan del descreimiento, la sensación de fracaso y la resignación.

Yo le pido a mis ojos que no me abandonen en la mirada. Que no se acostumbren a los rostros circunspectos del dolor, ni a los grises de los escombros, ni a los ojos hundidos de los que tienen hambre, ni a las cuellos con las venas marcadas de tanto gritar en la desesperación.

Les pido que no me alejen de la posibilidad de ver que también este año sucedieron fenómenos que no me permiten dejar de creer.

Porque sólo así no se olvidarán de ver y de buscar ver los colores de un mundo que, a pesar de las mayores tempestades, tiene la fortaleza de renacer. Que, a pesar de las heladas, jamás deja de dar frutos. Que, a pesar del odio, la necesidad de amor trae vida a una tierra que pretenden arrasar.

Les pido a mis ojos que me guíen para encontrarme con todos aquellos y aquellas que sólo quieren el bien; porque cuando sólo quieres el bien, entiendes que, si no es para todos, no lo será para ti.

Mira. Delante de ti lágrimas y TAMBIÉN risas; odio y TAMBIÉN hermandad; aún en este año en el que pareciera que todos los días vemos lo mismo.

Sólo protegiendo nuestros modos de mirar, podremos traspasar la tormenta.

Este Elul será un gran desafío para todos. Más que revisar hacia adentro nuestras fallas y aciertos tendremos que construir un afuera que nos permita seguir apostando a aquello que jamás renunciaremos: elegimos la vida; el bien, la bendición y la paz.

Rabina Silvina Chemen.