PARASHÁT HAAZÍNU 2024: si nos alejamos de HaShem

Parashat Haazinu es la única parashá en la que la mayor parte del texto está escrito en forma poética. En este cántico, Moshé habla preferentemente del futuro, pero sin olvidar el presente y el pasado. Advierte al pueblo, lo guía y lo aconseja, en los momentos previos a retirarse de su mandato.

Uno de los versículos de este cántico dice“Dijo [D”s]: ‘Voy a ocultar Mi rostro de ellos y habré de ver cuál será su fin; ya que generación tornadiza son ellos, hijos en quienes no hay fe’” (Devarím 32:20). ¿Qué quiere decir que va a ocultar Su rostro? Cuántas veces, en momentos de desgracia, vuelve a reflotar la clásica pregunta de dónde está D”s en los momentos de desasosiego, destrucción y asesinato. Mucho se ha discutido y elaborado en relación a este dilema teológico. Al respecto, Martín Buber plantea en su libro “Eclipse de D”s:Eclipse de la luz del cielo, eclipse de D”s, tal es en verdad el carácter de la hora histórica que el mundo atraviesa. Mas no se trata de un proceso que pueda explicarse adecuadamente enumerando las transformaciones acaecidas en el espíritu humano. Un eclipse del sol es algo que tiene lugar entre el sol y nuestros ojos, no en el sol mismo.

A diferencia de varios filósofos contemporáneos, quienes postulan la muerte de D”s, Buber sostiene que, en nuestra era, D”s se manifiesta a nuestros ojos en forma de eclipse. Destaca esta última frase, “el eclipse ocurre entre D”s y nuestros ojos, y no en la esencia divina”. Quizás, percibir a D”s como eclipsado sólo depende de nuestra mirada.

El versículo citado anteriormente menciona el ocultamiento de D”s, pero ¿qué ocurre con el hombre? En el libro de Bereshít se cuenta lo acontecido luego de que los primeros seres humanos comieron del fruto prohibido: Mas escucharon la voz de Adonái Elohím que se expandía por el huerto, cuando declinaba el día y se escondió el hombre, y su mujer, de ante la presencia de Adonái Elohím, entre los árboles del huerto” (Bereshit 3:8). ¿Qué ocurrió? Cometieron un jet, un error, y se escondieron de D”s. La voz divina se expandía, y ellos se ocultaron. Quizás la consecuencia directa de una transgresión sea el alejamiento mismo de D”s; nuestra conducta es la que nos aleja. Cuando nos encaminamos hacia el mal, estamos tan convencidos de que nuestra actitud es la correcta que es difícil poder ver y estar cerca de D”s en ese momento.

Otro ejemplo es el de Caín, tras enterarse de su castigo: “He aquí que me has expulsado, este día, de la faz de la tierra. De Tu presencia habré de ocultarme y seré errante recorriendo la tierra(Bereshit 4:14). Luego del asesinato que cometió, no puede más que ocultarse de D”s.

¿Qué dice, al respecto, nuestro gran rabino y pensador judío de nuestra época, Abraham Ioshua Heschel?:La voluntad de D”s es estar aquí, cercano y manifiesto, mas cuando las puertas de este mundo se le cierran de un golpe, cuando su verdad es traicionada y su voluntad desafiada, él se retira y deja al hombre librado a sí mismo. D”s no se apartó por su propia voluntad; fue expulsado. D”s está en el exilio. […] Es el hombre el que se oculta, el que huye, el que tiene una coartada. D”s no está tan lejos como creemos; cuando anhelamos su presencia, la distancia se hace añicos.

Los profetas no hablan de un D”s oculto, sino del D”s que se oculta. Su ocultarse es una función, no su esencia; es un acto, no un estado permanente. Sólo cuando el pueblo lo abandona, rompiendo el pacto que D”s concretó con él, D”s lo abandona y oculta su rostro. D”s no es oscuro; el hombre lo sume en oscuridad… La consecuencia directa de su ocultarse es el endurecimiento de la conciencia: el hombre oye mas no comprende, ves no percibe; duro de oídos, engrosado el corazón (Isaías 6). (Extraído del libro “El hombre no está solo”).

En estos días que pasamos de Yamím Noraím, días en que nuestras almas están más sensibles, días en que estamos más abiertos a pensar, podríamos reflexionar acerca de nuestra actitud frente a D”s. ¿Cuántas veces le echamos la culpa de todos los males de la sociedad y no nos damos cuenta de que es el hombre la causa de la destrucción y la maldad? ¿Cuántas veces creemos que es D”s quien se oculta de nosotros y no nos damos cuenta de que somos nosotros quienes nos ocultamos y nos distanciamos de él?
Quizás de vez en cuando D”s se esconda; entonces, es nuestra misión poder buscarlo y encontra
rlo en nuestra vida cotidiana. Inclusive en momentos de dolor y desesperanza, es posible encontrar a D”s y hallar consuelo.

Decimos, desde el mes de Elul hasta Shemini Hatzeret:

En día de desgracia él me cobijará en su Tabernáculo,
me ocultará en su carpa, me elevará sobre una roca…
No te ocultes de mí, oh D”s no rechaces con tu ira a tu servidor;
Tú fuiste mi ayuda, no me abandones ni me desampares, Dios, mi salvador…
Ten esperanza en D”s, anímese y fortalézcase tu corazón y confía en D”s.
” (Salmo 27)