El uso de los tefilín es una de las mitzvot (preceptos) más importantes en el judaísmo. Se encuentra detallado en la Torá, en los libros de Shemot (Éxodo) y Dvarim (Deuteronomio), donde se ordena “átalas por signo sobre tu brazo, ponlas por señales sobre tu frente”, palabras que leemos cada día al recitar el Shemá Israel.
Los tefilín se colocan en la cabeza, cerca del corazón y en el brazo para indicar que pensamiento, sentimiento y acción deben estar siempre en armonía y en servicio de Di’s.
Los tefilin son llamados en español como “filacterias”, aunque la palabra no es correcta. El término filacterias, o, proviene del griego phylakterion y significa “amuleto”, y los judíos no utilizamos amuleto alguno. Tefilín, en cambio, proviene de la palabra tefilá (plegaria, oración), es decir, nos indica que se trata de un elemento mediante el cual hacemos tefilá.
Exteriormente, se trata de dos pequeñas cajas negras de cuero, llamadas batim. Una de ellas se ata sobre la cabeza y, la otra, se coloca en el brazo, a la altura del corazón, y luego los cordones de cuero, llamados retzuot, se enrollan en forma especial sobre el brazo y la mano.
Dentro de las batim, hay pequeños rollos de texto con los cuatro versículos de la Torá donde se ordena el uso de los tefilín. Estos textos deben estar escritos a mano, por un Sofer, es decir, aquellos especialistas que también se encargan de escribir los textos de las mezuzot y de los rollos de Torá.
Todos los hombres judíos deben colocárselos cada mañana para hacer tefilá. En las corrientes conservadora y reformista se interpreta que las mujeres también pueden utilizarlos, aunque no están obligadas a ello.
Los tefilin no necesariamente se ponen en el templo o sinagoga, sino que se suelen colocar en la casa, al levantarse, pero los bnei mitzvá se los colocan en forma pública, ante la comunidad, como signo de su llegada a la adultez. De hecho, de eso se trata la ceremonia de bar mitzvá, de que cada joven se levante frente a su comunidad y a su familia a cumplir, por primera vez, con su rol de adulto dentro del judaísmo.
La colocación de los tefilín es la primera mitzvá que se realiza como judío adulto, ante toda la congregación. Se acostumbra que el padre y los hermanos mayores del homenajeado se coloquen tefilin junto a él. Si ellos no saben hacerlo, los morim o rabinos suelen encargarse de enseñárselo, junto con sus hijos, unos días antes del Bar Mitzvá.
Se coloca el tefilin shel yad (del brazo) sobre el biceps de la brazo débil (contrario al que realiza trabajos: escribir, cortar, etc), levemente inclinado hacia el corazón, antes de ajustar la retzuá (correa) y se dice la bendición. (Hay que tener en cuenta que esta bendición recae también en el tefilin shel rosh (de la cabeza), por lo tanto debe cuidarse de no interrumpir ni hablar hasta que no termine de colocarse ambos tefilin).
La bendición es:
BARUJ ATA ADO-NAY E-LO-HENU MELEJ HAOLAM ASHER KIDESHANU BEMITZVOTAV VETZIVANU LEANIAJ TEFILIN
Bendito Tú, Eterno, D´s nuestro, Soberano del Universo, Quien nos santificó con sus preceptos y nos ordenó colocarnos tefilin.
A continuación, se coloca la retzúa (correa) sobre el antebrazo y se continúa dando desde allí siete vueltas hacia la parte del antebrazo, hasta llegar a la muñeca. Se sostiene la correa con la mano (para que no se suelte del brazo) y se coloca la tefilá shel rosh (de la cabeza) en la parte delantera de la cabeza, aproximadamente hasta donde comienza a crecer el cabello (no sobre la frente!), justo en el centro de la misma. El nudo de la cabeza debe estar más arriba del hueso de la nuca. Las retzuot (correas) penderán de ambas partes del cuello, sobre el frente.
Se dice la siguiente bendición:
BARUJ ATA ADO-NAY E-LO-HENU MELEJ HAOLAM ASHER KIDESHANU BEMITZVOTAV VETZIVANU AL MITZVAT TEFILIN
Bendito Tú, Eterno, D´s nuestro, Soberano del Universo, Quien nos santificó con sus preceptos y nos ordenó lo referente al precepto de tefilin.
La finalidad de los tefilín es servir como señal del pacto existente entre el Eterno y el pueblo de Israel (similar al Brit Milá, al cuidado del Shabat y moadim, a la colocación de mezuzá en la puerta y a llevar tzizit). También sirven para que los judíos se identifiquen con sus raíces y modos de vida. Y sirven como perpetuo recordatorio de las mitzvot, para que los judíos se apliquen en su cumplimiento.