El título de este comentario no tiene que ver con la parashá sino con el proceso de estudio y escritura que transitamos juntos desde hace tantos años (mi primer comentario lo escribí en el año 2005 y desde entonces, semanalmente, me siento a compartir con Uds. los descubrimientos que afloran de la relectura del texto y sus interpretaciones).
Esta parashá contiene bellos ejemplos de lo que significa pertenecer a una tradición interpretativa que no deja de sorprendernos. Textos memorables, que se repiten a lo largo del año y en la cotidianeidad de nuestras plegarias nos desafían a no dar nada por sentado. Debemos volver a recorrer las palabras conocidas porque seguramente allí hay algo que aún no hemos descubierto y por tanto, que nos estamos perdiendo.
Retomo hoy al primer párrafo del Shemá. Al primer versículo leído, cantilado, cantado… miles y millones de veces.
וְאָהַבְתָּ, אֵת יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, בְּכָל-לְבָבְךָ וּבְכָל-נַפְשְׁךָ, וּבְכָל-מְאֹדֶךָ.
“Ama a Adonai tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu….”meodeja”, traducido como “toda tu fuerza” o “todo tu poder”. Devarim- Deuteronomio 6:5
La palabra “meodeja” es lo que nos convoca hoy.
Amar a Dios con el corazón, con el alma… y con algo más que tendremos que descubrir.
Jezekiah ben Manoah o Jizkuni, (Francia s XIII) explica que “la palabra “meodeja” siempre describe intensidad al extremo. Moshé nos pide amar a Dios con la mayor intensidad con la que seamos capaces de amar.”
Entiendo que la inspiración para esta interpretación es el significado de la palabra “meod”, que en hebreo quiere decir “mucho”. Todo lo mucho que podamos expresar el amor es lo que marca el modo de cumplir este precepto.
En Gur Aryeh, el Maharal de Praga (s XVI) entiende que “meodeja” es sin condiciones, en cada porción de vida. Un modo de amar agradecido por todo lo que toca vivir. (Y yo agregaría por lo poco y por lo mucho, nada justifica dejar de amar a Dios).
Ibn Ezra (España s.XII) explica lo siguiente:
MEODEJA-TU PODER. El significado de “meodeja” (tu poder) es “muchísimo”. La palabra meod significa mucho. Por lo tanto, “meodeja” (tu fuerza) significa literalmente “tu mucho”.
Debes amar a Dios al máximo de cualquier manera que puedas. Tu corazón debe estar totalmente comprometido con el amor a Dios.
Y yo seguiría este comentario diciendo que amar nos hace poderosos. Amar sin pretensiones, sin condiciones, sin excusas. Amor del bueno, desinteresado del que nos beneficiamos sólo por el hecho de poder alojarlo en nosotros como modo de vincularnos con Dios y por qué no con todos nuestros semejantes.
Hermosa es la interpretación de los sabios de la Mishná en el tratado de Berajot 9:5
“Uno está obligado a hacer una bendición sobre lo malo así como uno hace una bendición sobre lo bueno, como dice: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todo tu (meodeja) ser»(Devarím-Deuteronomio 6:5). Con todo tu corazón: con tus dos inclinaciones – la inclinación al bien y la inclinación al mal. Con toda tu alma: aun si Él tomara tu alma. Con todo tu ser: con todo tu dinero. Otra interpretación: Con todo tu ser (meodeja): con cada uno de los atributos (en hebreo; midá) por los cuales Él te mide (en hebreo; moded) debes alabarlo (en hebreo; modé) sobremanera ( en hebreo; meod).”
Amar como capacidad de agradecimiento, por cada pequeño acontecimiento que vivimos, con toda la disposición a entregarse al misterio de lo inconmensurable y la aceptación de no poder controlarlo ni entenderlo todo.
En tiempos en los que las medidas tienen otras aspiraciones, pensar en la cantidad de amor en términos de mucho nos vuelve a ciertas dimensiones que hemos perdido.
Cuando la competencia hace sentir que lo que se posee es lo que define “lo mucho” y por tanto te define, marcando tu sensación de éxito o fracaso.
Cuando mucho tiene que ver con visibilidad y supuesto éxito y no con lo mejor, lo bueno, lo deseado, lo alcanzado, lo logrado, lo superado…
Cuando nos acordamos de Dios cuando nos falta y nos olvidamos cuando estamos holgados, de tranquilidad y de bienes materiales.
Cuando elegimos a los que tienen mucho y no a quienes nos hacen bien.
Entonces “meodeja”-tu mucho- se va haciendo cada vez más pequeño, pobre, e intrascendente, aunque la medida parezca abundante.
Lo mucho se mide en gestos de amor, de fe, de solidaridad. La grandeza espiritual, la generosidad material, la voluntad social son dimensiones que aplican al “meodeja”, al potencial inmenso que cada uno tiene de ensanchar su mirada, de alcanzar al que está más lejos, de abrir el corazón que siempre tiene lugar para más.
“Nunca pierdas tu muchosidad” es una frase acuñada por el escritor y caricaturista estadounidense Theodor Seuss Geisel, más conocido por sus libros infantiles escritos bajo su seudónimo, Dr. Seuss. Esta frase también se usó en la película de Alicia en el País de las Maravillas cuando el Sombrerero Loco le dice a Alicia: “-Alicia, nunca pierdas tu muchosidad.”
Y se lo dijo porque ella había perdido el valor, la intuición y la confianza en sí misma para enfrentar sus miedos y completar su misión en el país de las maravillas.
Lo que uno quiere, lo que uno hace, lo que uno ama y en lo que uno cree son aspectos que definen ese “meodeja”, esa “muchosidad” que nos constituye como seres infinitos capaces del amor más inmenso.
La perdemos, como la protagonista de la novela, cuando abandonamos nuestros deseos imposibles, nuestra imaginación y sobre todo nuestros sueños, y nos vamos quedando quietitos en un mundo empequeñecido aunque habitemos las grandes cifras.
Y la palabra “meodeja” volvió a hablarnos esta semana. Seguiremos buscando sentidos para encontrarnos en el camino.
Amar a Dios y a cada uno con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo ese potencial ilimitado que hace que tu ser sea único, es la tarea a la que hoy somos llamados.
Shabat Shalom,
Rabina Silvina Chemen.