
Los judíos no son una raza. Son un grupo étnico unido por la religión, la historia, la tradición y otros rasgos culturales. No comparten ningún rasgo genético ni biológico que los identifique como judíos.
El origen de los judíos se remonta a más de 3.000 años y su historia se ha recogido tanto en el Tanaj (conocido como Antiguo Testamento), como en abundantes testimonios escritos posteriores. Los judíos han pervivido como grupo étnico definido a pesar de guerras internas y externas, conquistas, persecuciones y expulsiones. También han sobrevivido en las países en los que se han asentado de la llamada Diáspora (territorio fuera de Israel) a pesar del trato injusto y las matanzas a que han sido sometidos, entre los cuales destaca por ser recordada con dolor, la expulsión de España por los Reyes Católicos en 1492.
Con el término «judío» como grupo étnico que es, podemos estar hablando de tres tipos de personas:
- El que practica el judaísmo y tiene orígenes étnicos judíos.
- El que se convierte en judío, converso de otras religiones.
- El que no practica el judaísmo como religión, pero se identifica como judío por su ascendencia judía, por su identificación cultural e histórica con el pueblo judío, por sus tradiciones.
Para la Ley judía (Halajá), judío es:
- El hijo de madre judía.
- El que se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisión de un tribunal rabínico.
Otras corrientes reformistas dentro del judaísmo también reconocen como judío a los que nacen de padre judío. Y para la corriente humanista, un judío es quien se siente judío, sin importar su ascendencia ni su religión.
Respecto a identificar a los judíos como una raza, la mayoría de los científicos, entre ellos los investigadores que han trabajado para lograr completar el mapa del genoma humano, consideran que el concepto de raza tiene un carácter social, no científico. Para ellos, «hay una sola raza, la humana». Ven en los rasgos diferenciales externos procesos de adaptación al medio, que se explican por un número pequeñísimo de genes.
Los judíos han sido siempre un pueblo culto, con bajísimas tasas de analfabetismo y gran actividad intelectual, lo cual les ha posibilitado acceso al conocimiento. Por ello han destacado siempre en los países donde han vivido y ello ha acarreado grandes envidias y ataques, llegando a utilizárseles por los gobernantes como elemento culpable o a quien dirigir las iras populares cuando había crisis en los lugares en qeu habitaban.
El Racismo (Enciclopedia del Holocausto. USHMM): La doctrina del racismo afirma que la sangre es la marca de la identidad nacional-étnica y sostiene que las características innatas determinan biológicamente el comportamiento humano. Juzga el valor de un ser humano no por su individualidad, sino exclusivamente por su pertenencia a una “nación colectiva de raza”. Muchos intelectuales, incluyendo científicos, han dado apoyo pseudo científico a las ideas racistas. Pensadores racistas del siglo XVII, como Houston Stewart Chamberlain, ejercieron una influencia considerable sobre mucha gente de la generación de Adolf Hitler.
El racismo, especialmente el antisemitismo racial, fue siempre una parte integral del Nacional-Socialismo alemán. Los nazis percibían toda la historia humana como la historia de una lucha biológicamente determinada entre las razas. Los nazis postularon que los movimientos políticos como marxismo, comunismo, pacifismo e internacionalismo, eran antinacionalistas y reflejaban un intelectualismo judío peligroso y racialmente basado. En 1931, las SS establecieron una Oficina de Raza y Asentamiento para realizar “investigación” de razas y para determinar la aceptabilidad de posibles cónyuges de los miembros de las SS. Después de su ascenso al poder, los nazis aprobaron las Leyes de Nüremberg en 1935, que codificaban una supuesta definición biológica del judío.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los lideres nazis empezaron lo que ellos llamaban una “limpieza de casa étnica” en los territorios orientales ocupados de Polonia y la Unión Soviética. Esta política incluía el asesinato y aniquilación de “razas” enemigas, incluyendo el genocidio de judíos europeos y la destrucción de los lideres de los pueblos eslavos.
El antisemitismo es el odio a los judíos como grupo o al «judío» como concepto. Se distinguen tres tipos de antisemitismo:
- Religioso, principalmente cristiano, que discrimina a los judíos por su fe y sus tradiciones y por no haber aceptado a Jesús como Mesías. Promueve la conversión al cristianismo.
- Político y económico, que se opone a otorgar a los judíos igualdad de derechos civiles; promueve la asimilación social y cultural de los judíos y su desaparición como grupo diferenciado.
- Racista, que basa su odio en la existencia misma del judío, promueve la separación física de los judíos de la sociedad y en última instancia, su exterminio.
¿Por qué existe el antisemitismo? (Crónica del Holocausto, Ed. Libsa, 2002). La discriminación y odio contra los judíos es, sin duda alguna, el odio más antiguo del mundo por su continuidad y su singularidad. En el año 70 d.C. los romanos bajo el gobierno de Tito asesinaron y/o dejaron morir de hambre al menos a 600.000 judíos en Jerusalén. Durante los primeros años del cristianismo, los teólogos dijeron que puesto que los judíos habían rechazado a Jesús como Mesías merecían sufrir como castigo a su rechazo. Consecuentemente, se extendió la violencia contra los judíos durante siglos. Los judíos fueron expulsados por antisemitismo religioso de Inglaterra en 1290, de Francia en 1306, y de España en 1492.
A medida que en Europa se extendía la tolerancia religiosa y los derechos civiles en los siglos XVIII y XIX, los judíos casi llegaron a ser ciudadanos con igualdad de derechos ante la ley. Sin embargo, estas tendencias liberales no terminaron con el odio hacia ellos. Por ejemplo, a finales del siglo XIX surgieron en Polonia terribles persecuciones antisemitas en las que murieron miles de personas.
A lo largo de los siglos, el antisemitismo ha tomado formas diferentes, pero con ciertas semejanzas, religiosas, políticas, económicas, sociales y raciales. Se ha discriminado a los judíos, se los ha odiado y matadopor razones diferentes como la que defendía principalmente la Iglesia Católica, que manenía la teoría de que los judíos pertenecían a una religión equivocada, o por gobernantes varios que sostenían que los judíos carecían de la cualidad de ciudadano, o que tenían prácticas comerciales impropias, o que no se comportaban adecuadamente, o que poseían características raciales inferiores. Estas formas de antisemitismo, especialmente las raciales, tuvieron un papel clave en la Shoá. Sin el antisemitismo anterior, que fue debidamente alimentado, nunca habría sido posible la Shoá.
El termino “ghetto” viene del nombre del barrio judío de Venecia, establecido en 1516. Durante la Segunda Guerra Mundial, los ghettos eran distritos urbanos (a menudo cerrados) en los cuales los alemanes forzaron a la población judía a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a los judíos, separándolos de la población no judía, así como de las otras comunidades judías. Los nazis crearon más de 400 ghettos.
Los alemanes consideraban la creación de los ghettos como una medida provisional para controlar y segregar a los judíos. En varios lugares, los ghettos duraron poco tiempo. Con la implementación de la “Solución Final” en 1942, los alemanes destruyeron sistemáticamente los ghettos y deportaron los judíos a los campos de exterminio donde fueron asesinados. Algunos judíos fueron deportados desde los ghettos a campos de trabajo forzado o campos de concentración.
La mayoría de los ghettos (ubicados principalmente en la Europa oriental ocupada por los nazis) estaban cerrados con muros, rejas de alambre de púas, o portones. Los ghettos eran extremamente insalubres y estaban atestados. El hambre, la escasez crónica de todo tipo de avituallamiento, abrigo y medicinas, los duros inviernos y la falta de servicios públicos como agua, dieron como resultado brotes epidémicos y una alta mortalidad.
El ghetto más grande estaba en Polonia, fue el ghetto de Varsovia, donde aproximadamente 450.000 judíos fueron hacinados dentro de un área de 2,1 kilómetros cuadrados. Otros ghettos importantes eran los de Lodz, Krakow (Cracovia), Bialystok, Lvov, Lublin, Vilna, Kovno, Czestochowa, y Minsk.
Los nazis obligaron a los judíos, mediante la fuerza bruta y de las armas, a usar insignias o brazaletes que los identificaban como judíos y a que muchos hicieran trabajos forzados para el gobierno alemán. La vida cotidiana en los ghettos fue administrada obligatoriamente por los Consejos Judíos (Judenraete) cuyos miembros eran nombrados por los nazis, y la policía judía, que fue forzada por los alemanes a mantener orden dentro del ghetto y a facilitar las deportaciones a los campos de exterminio,.
Las actividades ilegales – como contrabandear comida o armas, hacerse miembro de un movimiento juvenil, o asistir eventos culturales – ocurrían frecuentemente sin la aprobación de los Consejos Judíos (aunque en muchos casos el Consejo Judío sí patrocinaba actividades culturales).
En algunos ghettos, miembros de la resistencia judía organizaron insurrecciones armadas. La más grande fue la sublevación del ghetto de Varsovia en 1943. También hubo rebeliones violentas en Vilna, Bialystok, y Czestochowa, y otros ghettos más pequeños. En agosto de 1944, los nazis completaron la destrucción de Lodz, el último ghetto importante.
En Hungría, la creación de los ghettos no empezó hasta la primavera de 1944, después de la invasión y ocupación alemana del país. En menos de tres meses, la policía húngara, en coordinación con los alemanes, deportó a casi 440.000 personas judías de los ghettos húngaros.
La mayoría fueron enviados a Auschwitz-Birkenau. En Budapest, la población judía fue confinadoa en casas señaladas (llamadas casas de la estrella de David).
En noviembre, después de un golpe patrocinado por los alemanes, el partido fascista húngaro estableció formalmente un ghetto en Budapest. Alrededor de 63.000 judíos fueron confinados en un área de 0.1 milla cuadrada. Los 25.000 judíos con pasaportes protectores (emitidos por países neutrales) fueron puestos en un ghetto “internacional” en otra sección de la ciudad. En enero de 1945, las fuerzas soviéticas liberaron Budapest y a los judíos húngaros que estaban en los ghettos.
⇒ El mundo antes de la catástrofe
Los niños eran víctimas especialmente vulnerables de los nazis. Se ha estimado que más de un millón doscientos mil niños fueron asesinados bajo el gobierno nazi en Alemania y la Europa ocupada.
En los ghettos, muchos murieron por enfermedades, falta de comida, ropa y vivienda. Los nazis consideraban que los niños del ghetto no eran productivos. En general no fueron usados para trabajos forzados, lo que aumentaba sus posibilidades de deportación a los campos de concentración y exterminio. Los niños judíos eran de las primeras víctimas cuando los alemanes y sus colaboradores querían destruir una comunidad judía, fusilándolos o deportándolos a los campos de exterminio.
Tras la selección en Auschwitz y otros campos, la mayoría de los niños eran mandados directamente a las cámaras de gas. Otros niños de los campos, especialmente los mellizos, eran usados en experimentos médicos de los nazis. También hubo fusilamientos de niños por las SS y fuerzas policiales en Polonia y la Unión Soviética. Los líderes del Consejo Judío (Judenrat) fueron forzados a tomar la decisión, difícil y controvertida, de llenar las cuotas para la deportación de niños. Janusz Korczak, director de un orfanato en el ghetto de Varsovia, se negó a abandonar los niños elegidos para la deportación y los acompañó en el transporte a Treblinka
muriendo con ellos.
A pesar de la aplastante persecución sufrida en manos de los nazis, los niños descubrieron formas de sobrevivir. Muchos niños contrabandeaban comida al ghetto. Algunos participaron en movimientos juveniles activos en la resistencia. Muchos escaparon a campos de partisanos.
Algunas personas no judías ofrecieron lugares para esconder niños y algunas veces como en el caso de Ana Frank, también para otros miembros de la familia. “Kindertransport” (el trasporte de los niños) fue el nombre informal del rescate de miles de niños judíos a Gran Bretaña desde Alemania y los territorios ocupados entre 1938 y 1940. En Francia, casi toda la población protestante del pueblo Le Chambon-sur Lignon escondió niños judíos.
En el período posterior al Holocausto, los refugiados buscaron por toda Europa los niños que se habían perdido. Miles de huérfanos estaban en campos de refugiados. Muchos niños se fueron de Europa oriental como parte del éxodo masivo (Brihah) hacia las zonas aliadas, en camino al Yishuv (el asentamiento judío en Palestina). A través de la Aliyah de jóvenes (la inmigración de jóvenes), miles emigraron al Yishuv, y luego al estado de Israel cuando fue establecido en 1948.
Los alemanes crearon una serie de instalaciones de detención para encarcelar y eliminar a los “enemigos del Estado.” La mayoría de los prisioneros en los primeros campos de concentración eran alemanes: comunistas, socialistas, demócratas, romas (gitanos), testigos de Jehová, homosexuales, clérigos cristianos, y personas acusadas de comportamiento “asocial” o anormal.
Después de la anexión de Austria en marzo de 1938, los nazis arrestaron a judíos alemanes y austriacos y los encarcelaron en los campos de Dachau, Buchenwald, y Sachsenhausen, en Alemania. Después de los pogroms de Kristallnacht en noviembre de 1938, los nazis llevaron a cabo arrestos masivos de hombres judíos y los encarcelaron en campos por periodos breves.
Equipos especiales de las SS llamados “Unidades de la calavera” (Totenkopfverbände) vigilaban los campos, y competían unos con otros en crueldad. Durante la Segunda Guerra Mundial, médicos nazis hacían experimentos sobre los prisioneros de algunos campos. Bajo el impacto de la guerra, el sistema de campos nazis creció rápidamente. Después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, los nazis abrieron campos de trabajos forzados donde miles de prisioneros murieron de agotamiento y hambre.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en junio 1941, los nazis aumentaron el número de campos de prisioneros de guerra. Algunos de los campos fueron construidos dentro de campos de concentración ya existentes, como en Auschwitz en la Polonia ocupada. El campo de Lublin, luego conocido como Majdanek, fue creado en el otoño de 1941 como un campo de prisioneros de guerra y fue convertido en campo de concentración en 1943. Miles de prisioneros de guerra soviéticos fueron fusilados o gaseados ahí.
Para facilitar la “Solución Final” (el genocidio de todos los judíos), los nazis abrieron campos de exterminio en Polonia. Chelmno, el primer campo de exterminio, fue abierto en diciembre de 1941. Ahí los judíos y gitanos fueron gaseados en camiones. En 1942, los nazis abrieron Belzec, Sobibor, y Treblinka para asesinar sistemáticamente a los judíos del Gobierno General (el territorio en el interior de la Polonia ocupada).
Los nazis construyeron cámaras de gas para aumentar la eficiencia del proceso y para hacerlo más impersonal para los verdugos. En Auschwitz, el campo de exterminio de Birkenau tenía cuatro cámaras de gas. Al culminar las deportaciones, fueron gaseados hasta ocho mil judíos cada día.
A menudo los judíos en los territorios ocupados por los nazis eran primero deportados a campos provisionales, como Westerbork en Holanda, o Drancy en Francia. Los campos provisionales eran usualmente la última parada antes de un campo de exterminio.
Bajo la dirección de las SS, los alemanes mataron más de tres millones de judíos en los campos de exterminio de la Polonia ocupada.
Los campos nazis de exterminio cumplieron la función exclusiva del asesinato en masa. A diferencia de los campos de concentración, que servían primariamente como centros de detención y trabajo, los campos de exterminio eran casi exclusivamente “fabricas de muerte”. Más de tres millones de judíos fueron asesinados en los campos de exterminio, con gas y fusilamiento.
El primer campo de exterminio fue Chelmno, que abrió en el Warthegau (la parte de Polonia anexada a Alemania) en diciembre de 1941. Más que todo judíos, pero también gitanos, fueron gaseados en camiones fabricados al efecto. En 1942, en el Gobierno General (un territorio en el interior de Polonia ocupada), los nazis abrieron Belzec, Sobibor, y Treblinka (como parte de la Operación Reinhard) para asesinar sistemáticamente a los judíos de Polonia. Para octubre de 1943, más de un millón setecientos mil judíos habían sido gaseados (con monóxido de carbono en cámaras de gas) en los campos de la Operación Reinhard. Solo hubo alrededor de 120 sobrevivientes.
Casi todos los deportados que llegaban a los campos eran mandados inmediatamente a las cámaras de gas (con la excepción de algunos elegidos para trabajar en equipos especiales llamados Sonderkommandos). El campo de exterminio más grande era Auschwitz-Birkenau en Polonia, que para la primavera de 1943 utilizaba cuatro cámaras de gas (usando ácido prúsico o Zyklon B) para asesinarlos. Al culminar las deportaciones, hasta ocho mil judíos eran gaseados cada día en Auschwitz-Birkenau. Para noviembre de 1944, más de un millón de judíos y decenas de miles de gitanos, polacos, y prisioneros de guerra soviéticos habían sido gaseados ahí.
Otro campo en Polonia, Majdanek, inicialmente campo de prisioneros de guerra y luego campo de concentración, era también un sitio de exterminio masivo. Alrededor de 170.000 prisioneros murieron en Majdanek; todos eran judíos, soldados y civiles de nacionalidad soviética y civiles polacos. Las cifras aproximadas de las personas muertas por gas y otros medios (fusilamiento, ahorcamiento, palizas) no son determinables en base a la documentación disponible hasta la fecha. Los últimos dieciocho mil prisioneros judíos de este campo fueron fusilados en fosos el 3 de noviembre de 1943, en la operación “Festival de la cosecha” (Aktion Erntefest), mientras potentes altavoces trasmitían música a fuerte volumen.
Las SS consideraban a los campos de exterminio un secreto de estado. Para obliterar todo rastro de las cámaras de gas, equipos especiales de prisioneros (Sonderkommandos) fueron forzados a retirar los cadáveres de las cámaras de gas y calcinarlos. Algunos de los campos fueron transformados en parques, otros fueron camuflados.
⇒El Álbum de fotos de Aushwitz
⇒Persecución de los homosexuales por los nazis (1933-1945)
Las políticas de opresión y genocidio alimentaron la resistencia a los nazis en el Tercer Reich y la Europa ocupada. Tanto judíos como no judíos respondieron a la opresión nazi de varias maneras.
La resistencia armada organizada era la forma más potente de oposición judía contra los nazis. La sublevación armada más importante fue la del ghetto de Varsovia (durante abril y mayo de 1943), que fue iniciada por rumores de que los nazis iban a deportar los habitantes que quedaban en el ghetto al Campo de Exterminio de Treblinka en Polonia.
Mientras las fuerzas alemanas entraban al ghetto, los miembros de la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB) lanzaban granadas de mano a los tanques alemanes. A los nazis les llevó veintisiete días destrozar el ghetto y sofocar la ultima resistencia asesinando a todos sus habitantes y destruyendo el ghetto.
Hubo sublevaciones en Vilna y Bialystok y en varios ghettos más. Muchos de los combatientes de los ghettos sabían que la resistencia armada de unos pocos no podía salvar las masas judías de la destrucción, pero luchaban por el honor judío y para vengar la matanza de tantos judíos.
Varios combatientes resistieron escapándose de los ghettos y yéndose a los bosques donde se juntaban con los partisanos. Algunos directores de los Consejos Judíos (Judenrat) resistieron no cumpliendo las órdenes, y negándose a entregar judíos para su deportación.
Hubo sublevaciones en tres campos de exterminio. En Sobibor y Treblinka, prisioneros con armas robadas atacaron al personal de las SS y sus colaboradores ucranianos. La mayoría de los rebeldes fueron fusilados, aunque varias docenas de prisioneros se escaparon. En Auschwitz, cuatro mujeres judías ayudaron a algunos judíos que trabajaban en los crematorios a volar uno de los crematorios. Las cuatro fueron asesinadas.
En la mayoría de los países satélites u ocupados por los nazis, la resistencia judía se concentró en la ayuda y el rescate. Las autoridades judías en la entonces llamada Palestina mandaron paracaidistas clandestinos como Hannah Szenes a Hungría y Eslovaquia para ayudar los judíos. En Francia, varios elementos de la resistencia judía se juntaron y formaron l’Armee Juive (ejército judío). Muchos judíos lucharon en los movimientos nacionales de resistencia en Bélgica, Francia, Italia, Polonia, y otros países de la Europa oriental.
Los judíos en los ghettos y los campos también respondieron a la opresión nazi mediante la resistencia espiritual. La creación de instituciones culturales judías, la continuación de practicas religiosas, y la voluntad de recordar y contar la historia de los judíos (a través, por ejemplo, del archivo «Oneg Shabbat» en Varsovia) eran intentos conscientes de preservar la historia y vida comunal del pueblo judío a pesar de los esfuerzos nazis de erradicar a los judíos de la memoria humana.
Hubo un tiempo en que en la Europa central y oriental los judíos estaban discriminados: el antisemitismo en la Rusia zarista se expresaba a través de los pogromos (las expulsiones en masa) y en muchos otros países con el maltrato o el desplazamiento de la administración pública. Estamos en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, un momento en que el nacionalismo y el imperialismo -la expresión nacionalista hacia el exterior- tienen su momento culminante. Los judíos aún estando en muchos casos asimilados y habiendo superado los perores tiempos de la Edad Media, cuando en muchos lugares vivían en guetos o habían sufrido expulsiones -como la que llevaron a cabo los Reyes Católicos en 1492 en la Corona de Castilla y en la Corona de Aragón-, seguían siendo considerados por muchos como un cuerpo extraño. Es en este contexto, a partir de 1894, Theodor Herzl articuló el sionismo, una ideología que parte del principio religioso que une a todos los judíos que quieren constituir un estado aparte, el sionismo por lo tanto se puede entender como el nacionalismo judío.
Theodor Herzl considera que los judíos son un pueblo aparte que, tras siglos de diáspora, han terminado conviviendo alrededor del mundo con otros pueblos que les desprecian. Esto sucede hasta en la Francia en la que Theodor Herzl ejercía de corresponsal por el periódico vienes Neue Frei Presse en la que sigue atentamente el caso Dreyfus: una condena hacía un oficial francés de origen judío por espionaje en la que se dejaron ver los prejuicios antisemitas y que Émile Zola denunció en su artículo Yo acuso. Para Theodor Herzl la convivencia es imposible y por esa razón tiene como propósito propagar la idea de que el pueblo judío debe tener un estado propio en la histórica tierra de Israel, en esos momentos en manos del Imperio Otomano.
El planteamiento de Theodor Herzl no era nuevo. En 1862 Moses Hess, el cofundador de la socialdemocracia alemana, amigo de Karl Marx y seguidor de Ferdinand Lassalle, publica Roma y Jerusalén, la última cuestión de las nacionalidades. En este texto Moses Hess pretendía demostrar que la identidad judía era resistente, que los judíos eran un pueblo y una nación, y que necesitaban una vida nacional normal. El lugar elegido era la tierra de Israel, territorio que el Imperio Otomano les cedería a cambio de dinero donde construirían un estado socialista. En 1882 un medico de Odesa llamado Leo Pinsker pone en circulación Auto-emancipación. Una llamada a su pueblo por un judío ruso, donde rompe con la idea de la asimilación y diagnostica la judeofobia como un mal incurable. El único camino de salvación es «la reconstitución de la nación hebraica, de un pueblo viviendo encima de su propia tierra. «(…) Nos hace falta una sede extensa y productiva, un lugar de encuentro, para terminar, de una vez para siempre, nuestro eterno vagabundeo. La cuestión hebraica internacional tiene que encontrar una solución nacional». Este discurso favoreció una serie de iniciativas locales, impulsadas por jóvenes estudiantes y trabajadores, conocidas bajo el nombre de Los amantes de Sión, para emigrar hacía la entonces llamada Palestina. Estas iniciativas no lograron poner en marcha un movimiento político pero iniciaron el sionismo practico. Entre 1882 y 1891 unos 25.000 judíos rusos y balcánicos abandonaron Europa y se establecieron en el distrito otomano de Jerusalén. Eliézer Ben Yehuda, un judío lituano, emigró con el objetivo de resucitar la lengua de los antepasados.
Theodor Herzl mantiene contactos con algunos magnates judíos como el barón de Hirsch y los Rothschild sin obtener resultados. Entonces en 1896 escribe El estado judío, ensayo de una solución moderna de la cuestión judía, con el propósito de generar un movimiento de masas. Este estado primero lo ubica en la histórica Israel, pero ante la complejidad de obtener concesiones por parte del Imperio Otomano baraja otras posibilidades en territorios del Imperio Británico: se piensa en la isla de Chipre, en la región de Arish en el Sinaí egipcio, pero no obtiene ningún resultado favorable. En 1903 el ministro británico para las Colonias, Joseph Chamberlain, le sugiere el territorio africano de Uganda. Theodor Herzl ve esta posibilidad como una solución de emergencia para los judíos de Europa oriental pero estos mismos se niegan, prefiriendo el territorio histórico de los judíos, tildando al periodista de traidor. La obsesión con la tierra de Israel, considerada por los judíos como la Tierra Prometida, viene tanto en la Torá (Pentateuco) compuesta por el Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), donde aparece Moisés conduciéndoles al territorio después vagar 40 años por el desierto del Sinaí. Hacia el 830 a.e.c. los judíos mantenían dos estados en la región, el reino de Judea y el de Israel. La presencia de los judíos en la región se remonta cientos de años atrás. Hacia el año 586 a.C. el rey de los babilonios, Nabucodonosor II, conquistó el territorio, destruyó el primer Templo de Jerusalén, y expulsó a los judíos hacía Babilonia. El persa Ciro II el Grande permitió el regreso de los judíos pero hacia el 70 e.c., siendo ya una provincia del Imperio Romano, el general Tito derrotó a la revuelta judía y destruyó el segundo Templo de Jerusalén (el Muro de Las Lamentaciones en el que rezan hoy en día los judíos formaría parte de este templo) exiliándome a sus clases dirigentes a Babilonia.
Hacia el 135 e.c. se produjo una nueva revuelta, la de Bar Kojba, en la que los judíos vuelven a ser derrotados y tomados nuevamente como esclavos. A partir de entonces, muchos judíos -algunos se quedaron- se dispersaran por el resto de territorios del Imperio Romano. Esto es lo que se conoce como la gran diáspora judía, que fue forzada.
En los ambientes judíos más asimilados de Europa se consideraba la propuesta de Theodor Herzl una utopia. Muchos rabinos la consideraron contraría a las enseñanzas del judaísmo. La polémica será tal que el mismo Theodor Herzl desplaza a los judíos asimilados franceses diciéndoles que su propuesta no les incumbe. Entonces se lanzó a la diplomacia propiciando toda una serie de encuentros, como el que tuvo con el duque Federico II de Baden, el visir Khalil Rifah Paixa y otros funcionarios otomanos, sin obtener ningún resultado. Comprendió que para conseguir sus ideal precisaba un movimiento de masas: en 1897 aparece en Viena el periódico Die Welt, el órgano central del movimiento sionista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, y en el mismo año se celebra el Primer Congreso Sionista en Basilea en el que asisten más de 200 delegados. Theodor Herzl llega a decir: «Si tuviera que resumir el Congreso en una sola frase (que me guardare de pronunciar en público) diría esto: en Basilea, he fundado el estado judío. De aquí a cinco años quizá, de aquí a cincuenta años seguramente, será una cosa evidente para todos». Poco después se crea la Organización Sionista Mundial con un fin: «Crear para el pueblo judío un hogar en el territorio de Israel, que sea reconocido públicamente y garantizado jurídicamente». Se llegaron a celebrar cuatro congresos más en los que se reunieron desde religiosos y conservadores hasta laicos y socialistas. Para materializar la propuesta en 1899 se crea un banco, el Jewish Colonial Trust, y en 1901 el Kéren Kayémet Leisrael, un fondo para la adquisición de tierras para los emigrantes que volvieran.
Mientras este proceso sigue su marcha Theodor Herzl sigue con sus encuentros con altos dignatarios: en 1898 logra hablar en Constantinopla con emperador Guillermo II, y en 1902 se llega a reunir con el sultán Adbühamit II, sin encontrar nuevamente resultados.
Paralelamente mientras se reproducen nuevos pogromos en Rusia, la emigración de judíos se incrementa: entre 1903 y 1914 llegaron 40.000 judíos más de Europa del Este, de los que al menos 13.000 se establecen en 43 asentamientos agrarios, muchos de ellos financiados por la organización filantrópica del barón Edmond de Rothschild.
Theodor Herzl muere en 1904 después de sufrir un ataque cardiaco con 44 años de edad. La Primera Guerra Mundial (entre los años 1914 y 1918) enfrentó a los europeos en el continente y en el resto del mundo, es la guerra por los imperios, en la que Oriente Medio fue un campo de batalla con múltiples intereses. El Imperio Británico logra vencer al Imperio Otomano con la ayuda de la revuelta árabe prometiendo a estos últimos un Estado. Pero en su lugar el Imperio Británico se reparte la región con los franceses en dominios directos y áreas de influencia a través de los acuerdos secretos Sykes-Picot. El territorio se convertirá en un Mandato británico hasta 1948. quedando pendiente la ejecución de la Declaración Balfour, que el Secretario del Foreign Office británico dirigió al barón Lionel Walter Rothchild, por la que se prometía un hogar para el pueblo judío.
Durante la Segunda Guerra Mundial el nacionalsocialismo alemán asesinará a 6 millones de judíos en campos de exterminio, y tras finalizar la los supervivientes del Holocausto y muchos otros, frente a un mal acogimiento en Europa del Este y su negativa a quedarse en Alemania, deciden retornar a la tierra de sus ancestros, dado que hay vagando por Europa de post-guerra cientos de miles de refugiados judíos a los que ningún país admite. . El 29 de noviembre de 1947 las Naciones Unidas votan por la partición del Mandato Británico, y seis meses después, el 15 de mayo de 1948, se proclama la refundación del Estado de Israel.
El Estado de Israel, con una superficie de 22,070 Km2, tiene actualmente 8.883.800 habitantes de los que 6.668.000 son judíos, 1.880.000 son árabes y el resto de otras minorías religiosas.