Así se denomina la ceremonia en la que los varones que cumplen 13 años, asumen su responsabilidad como judíos para cumplir los preceptos, como está escrito en el Tratado de Principios (Avot V-25). Dado que ya ingresa como individuo en la comunidad, puede formar parte del Minian (grupo de un mínimo de 10 varones que se reúne para rezar por la mañana y tarde/noche) como a cualquier adulto.

Es una costumbre señalar ese día en forma pública, no sólo en el seno de la familia como se hacía en la Edad Media avanzada. El primer sábado después de cumplir los 13 años y un día, el joven es llamado a leer la Torá, recitando las bendiciones correspondientes y se le honra también con la lectura de la Haftará (porción semanal correspondiente a los profetas). El padre o tutor es el encargado de llevarlo a la sinagoga y acompañarlo en la «Aliá» (lectura) a la Torá. El joven se prepara con anticipación para este evento trascendental en su vida y la de su familia con un maestro especial que le enseña la lectura de la Torá, las bendiciones y a colocarse los tefilin (filacterias) y el talit (manto para rezar). En muchas sinagogas, ya sean ortodoxas, conservadoras o reformistas, se organizan cursos de Bar Mitzvá, donde se agrupan jóvenes adolescentes que están próximos a la edad y se les enseñan las tradiciones, historia judía y todo lo que tiene que ver con el ritual.

En la semana del Bar Mitzvá, el joven, en compañía de su familia y amigos, participa de la oración (tefilá) matutina (shajarit), se coloca los tefilin y toma parte activa en el servicio. A esto le sigue su participación también activa en el Kabalat Shabat (viernes al caer la tarde), que culminará en la mañana del sábado con el protagonismo del Bar Mitzvá en el servicio de Shajarit (matutino), en el que se lo honrará con la lectura de la Tora como queda dicho. También existe la costumbre de que el joven Bar Mitzvá dé una prédica (drashá) de contenido judío o sobre algún tema que aluda la lectura de la Torá de esa semana.