PARASHAT NOAJ: Recordar a Dios

No hay nada negativo en construir «una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo» (Bereshit 11:4). No tiene nada de malo que «hagamos ladrillos y cozámoslos en el fuego, y utilizaron ladrillos como piedra, y la arcilla les servía de limo» (Bereshit 11:3). Fuimos ordenados progresar desde el punto de vista tecnológico, como explica el Ramba»n respecto al versículo «llenen la tierra y sométanla» (Bereshit 1:28): «Les dio la fuerza y el gobierno en la tierra para hacer como les plazca, con las bestias, las alimañas y los reptiles, construir y desarraigar, y extraer cobre de los montes y similares» (Ramba»n, Bereshit 1:28). Y es sabido lo que dijeron nuestros sabios respecto al versículo «que D’s había creado para hacer» (Bereshit 2:3)»: «Todo lo que fue creado en los seis días del Génesis, necesita ser perfeccionado» (Bereshit Rabah 11:7). El pan es más elaborado que el trigo, y también las ropas son más elaboradas que el lino…

El problema surge cuando el avance tecnológico deja de ser un medio, y se transforma en una meta de por si: Las personas se olvidan que todo eso es sólo un medio para llegar a la elevada meta – que es la superación moral de la humanidad (Akedat Itzjak 11:1). Y nuestros sabios nos cuentan que cuando una persona caía de la Torre de Babel y moría, los demás ni se lamentaban. Pero cuando caía un ladrillo, todos lloraban y decían: «¡Pobres de nosotros! ¿Cuándo podremos traer otro ladrillo en su lugar?» (Pirkei DeRabí Eliezer 24).

Dijo una vez un pensador: «No me maravillo de las vías de tren, ni de los navíos a vapor – eso no es la civilización humana». El avance de la humanidad es su superación moral y espiritual. Y la moral auténtica, es la moral Divina. Si D’s falta, falta lo principal. Y ese fue el pecado de esa generación, que se ocupó de lo secundario, y abandonó lo primario (Rashi, Bereshit 11:19).

Nuestros sabios nos dicen que el aire en la Torre de Babel hacía olvidar: Hacía olvidar a D’s.

Los demás pueblos, son «pueblos que olvidan a D’s» – pero nosotros, somos «el pueblo que Lo recuerda».