“No hagas de tu plegaria algo fijo”
Estudiamos en el Talmud (Abot 2,18) que enseñaba Rabí Shimon: “Debes ser sumamente cuidadoso en el recitado de la Shemá y la plegaria, y cuando reces, no hagas de tu plegaria algo fijo sino misericordia ante el Señor.»
Otro pasaje del Talmud (Berajot 29) explica lo que la citada enseñanza de Rabí Shimon nos enseña. Según Rabí Hoshaia, no hacer de la plegaria algo fijo se refiere a no rezar como si fuese una carga, una obligación que se tiene que cumplir y realizar nuestra plegaria para cumplimentarla.
Según los demás sabios, se trata de recitar la plegaria en forma de ruego ante el Señor. Y según esta opinión de los sabios dictamina Rambam en su libro “Leyes sobre la Plegaria (cap. 4 inc. 16).
Y en el Talmud (Sota 16) se afirma que la plegaria de la persona no es recibida a menos que haga su corazón de carne, o sea que la recite con la sensibilidad y el sentimiento del corazón.
En el Talmud (Berajot 28) Rabí Eleazar enseñaba a sus alumnos que al pronunciar la plegaria deben tomar conciencia delante de Quien lo hacen. Y en otro pasaje del Talmud (Sanedrín 22) se afirma que quien recita la plegaria debe sentir que la Divinidad está frente a él, como está escrito: “Y pongo a .A delante de mí siempre” (Salmos).
Por ello en el Talmud (Berajot 31) se recoge: Aprende del versículo “Y Hanna hablaba con su corazón”, que nos enseña que la plegaria debe recitarse con el corazón. Y así dictamina el Rambam que la plegaria sin concentración no es válida. Y esta concentración consiste en alejar los pensamientos mundanos y asumir que estamos frente a la Divinidad.
En la Halaja yomit se dice que la persona puede pedir sus necesidades en la plegaria de Amidá, en la bendición de “Shomea Tefilá”, siendo lo ideal pedir que .A nos otorgue aquella que es bueno para nosotros, no sólo lo que consideramos como necesario.
Y en el Talmud (Berajot 63) se afirma: A aquel que asocia el nombre de .A en su momento de angustia, le duplican su sustento, como está escrito: Y será el Todopoderoso tu oro, tu plata será tu fortaleza (Yob 22); Explica el Maharsh”a que la persona debe pedir para que .A interceda por Su propio nombre que se halla compartiendo nuestra angustia en el exilio, como dice el versículo “Con él Estoy en su angustia.”
En la obra “Mayana shel Torá” aparece la cita en nombre del famoso rabino de Lublin z”l y del rabino de Kosnitz z”l, que dicen que la persona, al realizar sus pedidos durante sus plegarias, no debe pedir solamente por sus angustias personales, pues dentro del atributo de la justicia puede reclamar también que se juzguen sus merecimientos; en cambio es preciso pedir por la angustia de la Divinidad que nos acompaña en nuestro exilio y nuestras vicisitudes.
Y escribe el gran rabino Hayim de Voloshin z”l, que al realizar los ruegos no se debe pedir por cuestiones personales exclusivamente, ya que esa no es la actitud propia de las personas de justo corazón, sino por la Divinidad que se halla sumida en el sufrimiento y las vicisitudes de nuestro pueblo.
Y en la obra Yalkut Sofer escribe en referencia al Rambam que la persona que asocia a la Divinidad en sus plegarias y sus ruegos, sobre él está escrito. “Y con él Me hallo en la angustia, y lo rescataré y lo honraré.”
Por lo tanto, la persona que reza por sus hijos debe hacerlo con la intención de que estos crezcan como hombres y mujeres temerosos de Dios y observantes de sus preceptos.
Si pide para poder tener hijos, debe hacerlo para tener una descendencia justa y recta, estudiosos de la Torá y observante de los preceptos.
Si pide para hallar su compañero en la vida, su intención debe dirigirse a que el ser humano se realiza por medio de su pareja y así puede servir a .A con integridad.
Y si pide por su sustento debe hacerlo con la intención de que por medio del mismo podrá realizar obras de caridad y tendrá tiempo disponible para estudiar Torá.