PARASHAT SHEMINÍ: Una dicotomía engañosa: prudencia o riesgo

Parashat Sheminí debería haber sido una fiesta. Después de completar el Mishkán, y luego de pasar 7 días preparándolo para su consagración, el octavo día- sheminí- está por inaugurarse.

¿Qué significa esto? Que los cohanim van a comenzar con su tarea sagrada de acercar a la gente a su Dios, que el pueblo va a tener un lugar de referencia para dirigirse a lo divino, que las personas van a sentir menos desesperación en la travesía por el desierto porque con el Mishkán caminando con ellos, sentirán la protección del Creador.

Todo estaba listo.

El acto inaugural era la presentación de la ofrenda de Aharón primero por él mismo y luego por el pueblo:

Entonces Moshé dijo a Aharón: Acércate al altar y presenta tu ofrenda por el pecado (jatat) y tu holocausto (olá), para que hagas expiación por ti mismo y por el pueblo; luego presenta la ofrenda por el pueblo, para que puedas hacer expiación por ellos, tal como el SEÑOR ha ordenado.   Vaikrá 9:7

Pero este clima supuestamente de concreción y celebración se vio empañado inmediatamente por lo que sucede en el capítulo siguiente:

Nadav y Avihú, hijos de Aharón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Adonai fuego extraño, que él nunca les mandó.  Y salió fuego de delante de Adonai y los quemó, y murieron delante de Adonai.  Vaikrá 10:1-2

Hemos comentado e interpretado desde diferentes aristas este relato para nosotros difícil de comprender y  leer. Hemos recorrido lo que diferentes exégetas comprenden como fuego extraño y cómo entienden la reacción de Dios a este acto.

Hoy quisiera centrarme en otro punto de vista: en la diferencia entre Aharón y sus hijos.

Revisemos el primer pasuk elegido:

Entonces Moshé dijo a Aharón: Acércate al altar y presenta tu ofrenda…

Los sabios se preguntan por qué Moshé tuvo que explicitarle a Aharón que se acerque al altar… hubiera sido suficiente con pedirle que presente su ofrenda. Y traen algunas explicaciones: la sensación de respeto y reverencia por el momento lo mantenían un tanto alejado hasta que Moshé lo animó a iniciar su tarea. Otros dicen que esto le recordaba al becerro de oro y temía volver a equivocarse… Lo cierto es que Aharón percibe su responsabilidad frente a los demás y la manifiesta con cierta distancia y toma de un tiempo prudencial para dar acabada cuenta de que lo que va a hacer es lo correcto.

Sus hijos Nadav y Avihú, sacerdotes por herencia, inmediatamente ofrecen un fuego extraño, que no fue pedido y que no estaba prescripto para ninguna ofrenda.  El fuego los consume.

Ambos ofrecen fuego.

Ambos son líderes.

Ambos tienen a su cargo el acercamiento del pueblo a Dios.

Si no supiéramos que Aharón quedó vivo y que sus hijos fueron consumidos por el fuego,  no sé si para mí sería tan claro qué tipo de liderazgo prefiero:

Si el de la extrema prudencia o el absoluto riesgo.

La palabra prudencia en español según el diccionario etimológico viene de la palabra “prudentia” del latín y a su vez del latín “pro videntia” o sea, el que ve por adelantado. La extrema prudencia a veces nos deja inmóviles como Aharón, delante del altar y de todos, a punto de inaugurar el espacio más sublime y casi sin poder tomar decisiones, por extremo cuidado o anticipación de lo que puede suceder.

Mientras que riesgo, (cuya etimología es un tanto menos clara) se dice que proviene de “risco” (peñasco alto) por el peligro que sufren los barcos al transitar por esos lugares… Las conductas de absoluto riesgo a veces destrozan todo el potencial de lo que podríamos haber hecho por no tomar los recaudos necesarios para no chocar, no caernos o hacernos daño, como les sucedió a los hijos de Aharón, Nadav y Avihú.

Queda claro que ambos extremos no tuvieron las mejores consecuencias.

Queda claro también que el rol de liderazgo se aprende con aciertos y errores, con confianza e inseguridades porque nadie es líder sólo por su nombramiento. Uno puede acceder a un cargo, a un rol… el liderazgo es una consecuencia de tomar las decisiones correctas, en el tiempo correcto, para uno y para los que dependen de uno, cada vez que sea necesario.

Es cierto. Aharón y sus hijos inauguraban no sólo el Mishkán sino este rol. Una posición social tan absoluta, tan total, que debe haber sido casi imposible mantener una actitud equilibrada.

Nosotros probablemente no vivamos en esos extremos aunque a veces somos tentados por nuestras posiciones a habitar extremos, a decidir egoístamente o a no arriesgar nada por miedo a fallar…

Me quedo pensando: ¿Qué tipos de liderazgos hoy son capaces de ser respetados en nuestro tiempo?

Shabat Shalom,

Rabina Silvina Chemen.