Israel continúa siendo el “chico demonio del afiche” de la Izquierda; el primer ejemplo de un régimen represivo y abusador de derechos humanos. En la izquierda, la gente se indignó e inquietó con respecto a Israel más que con cualquier otra causa. La supuesta villanía de Israel llama la atención de los protestantes, en días fríos y lluviosos, de manera que ningún otro tema puede lograrlo. Muchas de esas personas son serias, pero tal vez son engañadas.
En la mayoría de los casos, mi propia política tiende a ser liberal-izquierdista. Apoyo el sistema de seguro médico gubernamental, la asistencia sanitaria universal, me opuse a la guerra en Irak y a la “presidencia imperial” de Bush-Chenney, incluso voté dos veces por Ralph Nader. Sin embargo, como el filósofo francés Bernard Henri-Lévy, discrepo con Israel y rechazo su demonización, ya sea en Naciones Unidas, en la prensa mundial, o entre izquierdistas americanos y europeos.
Si mis compañeros de izquierda o, incluso, los liberales piensan que el boicot, las campañas de aislamiento económico contra Israel y las sanciones ayudarán a poner fin al conflicto palestino-israelí, así como la paz a Medio Oriente y armonía a la comunidad de naciones, lamentablemente se equivocan. Hay diferencia entre crítica y demonización y, la campaña contra Israel, es del tipo de la última. Crítica, y hay mucho de esto dentro de la propia y saludable democracia de Israel, puede resultar un cambio positivo. Pero el intento focalizado de demonizar a Israel, no sobrellevado contra ninguna otra nación, tiene como objetivo deslegitimar a Israel y socavar su misma existencia, como si los problemas del mundo fueran culpa de los israelíes- culpa de los judíos- y si se fueran, todo sería mejor.
No solo esto es una ilusión lamentable, sino que este ataque coordinado sobre el mismo Israel traiciona los principios de la Izquierda.
Acá, entonces, hay ocho razones por las que los izquierdistas deberían ser pro-Israel (o al menos, pro-paz más que anti-Israel):
- Derechos Humanos: La Izquierda lucha por los derechos humanos mundiales. Aún si uno piensa que, Israel o sus soldados son culpables de violaciones de derechos humanos (y no deseo dar por sentado este punto), no hay comparación internacional ni histórica que pudiera ubicar, de manera razonable, a Israel entre los peores criminales del mundo o de la historia. Si miramos el conflicto a escala, la cantidad de vidas perdidas o el tratamiento de la prensa o de los disidentes, hay mucho más ejemplos de derrame de sangre y persecuciones que quedan pequeños al lado de lo que hizo Israel contra los palestinos durante las últimas cuatro décadas desde la Guerra de los Seis Días, cuando Israel fue atacado por sus vecinos. Incluso el tratamiento árabe de los palestinos, tal como en la masacre de Septiembre Negro en Jordania, causó miles de muertes (tal vez más en 10 días que en cuatro décadas de conflicto palestino-israelí). ¿Y, cómo podemos comparar a Israel con Zimbabwe Mugabe, o las medidas represivas de China en el Tíbet y Tianneman? ¿O las brigadas de desapariciones y muertes de la Latin America Square o los campos de muerte de Pol Pot? Ni qué hablar del genocidio logrado por Hitler o el reinado asesino de Stalin? Permítannos ser claros: el genocidio es el intento de exterminar a un pueblo entero y a su cultura. Esto no sucedió con los palestinos y no es el objetivo de la política israelí. Al contrario, la meta explícita de Hamas es eliminar a Israel. De manera que, si apoyamos los derechos humanos y nos oponemos a las persecuciones, no debemos focalizar nuestros esfuerzos en los lugares donde están las peores situaciones? Puede alguien, racionalmente, clamar que, entre esos lugares (ni hablar de los más horrendos de todos) está una pequeña nación en la costa este del Mar Mediterráneo?
- Internacionalismo. Los izquierdistas tienden a apoyar el internacionalismo. Uno podría pensar que, Naciones Unidas, debería ser el organismo mundial más dedicado a promover ese objetivo. Pero ¿cómo es que, Israel, esa pequeña nación, se convirtió en semejante preocupación central? Entre 2003-2010, hubo más de 900 acciones de derechos humanos contra Israel en Naciones Unidas. El segundo, más próximo, es Sudán, justo por debajo de las 400. Israel es el único miembro de Naciones Unidas en ser excluido de cualquiera de los cinco grupos regionales. Y no todos los izquierdistas deberíamos oponerse a lo absurdo del así llamado Consejo de Derechos Humanos, cuyos miembros incluyen esos parangones de humanismo como China, Pakistán, Arabia Saudita y Kyrgyzstan? ¿Cómo pueden los izquierdistas permanecer en silencio cuando, el Primer Ministro turco, denuncia a Israel por crímenes de derechos humanos mientras que promete que los kurdos serán “ahogados en su propia sangre”, en un conflicto con abusos de derechos humanos en ambas partes y decenas de miles de individuos asesinados? Si Gaza no es el lugar ideal para vivir, los habitantes de Gaza están sufriendo, sin importar las fotos del New York Times y donde sea y el testimonio de los periodistas demuestra, con claridad, que no se mueren de hambre, sus estanterías y alacenas no están vacías, ni de alimentos ni de bienes de consumo; tan difícil como sea la situación, simplemente no es la cima de los desastres de derechos humanos e, Israel, por tanto no merece la condena internacional por sobre todas las demás naciones en el mundo.
- Paz. Los de izquierda quieren paz; en Medio Oriente y donde sea. Las encuestas dejan en claro que, abrumadoramente, los israelíes desean la paz con sus vecinos; los difíciles sacrificios – que incluyen la retirada unilateral de Gaza- lo dejan en evidencia. Los israelíes están preparados para una solución segura: dos Estados en paz, viviendo uno al lado del otro. Mientras tanto, el objetivo establecido de sus enemigos es poner fin a su existencia. Un simple experimento de pensamiento debería dejar la cuestión descarnadamente en claro: Si mañana Hamas, y otros grupos palestinos, apuntan sus armas unilateralmente, ¿qué podría seguir? Millones de judíos muertos o exilados. Nadie, en la izquierda, que no lo reconozca vive en la negación. Los izquierdistas deben apoyan la paz y no vivir sin reconocer.
- Anti-autoritarismo. Los izquierdistas se oponen al autoritarismo y las dictaduras y, en su lugar, apoyan a gobiernos populares y democráticos. Israel mantiene una democracia parlamentaria vibrante, con una amplia gama de puntos de vista representados, mucho más que EEUU, por ejemplo. En verdad, los partidos árabes y los comunistas hace tiempo que mantienen representantes votados, dentro de la Knesset israelí. Podemos imaginarnos esa representación, así como la libertad de reunión y de expresión en los vecinos árabes de Israel? En Gaza gobernada por Hamas? En Egipto o Siria o en Arabia Saudita? Oponerse a Israel y apoyar a grupos como Hamas? La izquierda no apoya a una lucha por la liberación sino más bien al esfuerzo por reemplazar la única democracia en Medio Oriente por otra dictadura represiva. Acaso los izquierdistas desean ese resultado? Cómo puede el principal esfuerzo de boicot, despojo y sanción tenga, como objetivo, a una nación democrática como ésta? Como Bernard Henri-Levy ha escrito en el Huffington Post acerca de la “Confusión en una era donde combatimos a las democracias como si fueran dictaduras o Estados fascistas”. Ese remolino de odio y locura se ejerce en relación a Israel. Pero también incumbe, como deberíamos ser bien concientes, a algunas de las cosas más preciosas, establecidas en el movimiento de ideas en los últimos 30 años, especialmente en la izquierda y las mismas se hallan en peligro”
- Dignidad e Igualdad Humana. La izquierda lucha por los valores de dignidad e igualdad. Son esos rasgos ejemplificados más por Israel o por sus vecinos? Miren cuánto más los israelíes valoran la vida de un solo soldado, con la voluntad de intercambiar cientos de prisioneros por un solo soldado, e incluso intercambiar prisioneros para recuperar un muerto con la finalidad de darle sepultura adecuada. Miren las reglas de compromiso de las Fuerzas de Defensa de Israel, en cómo las FDI llaman y avisan a los civiles para advertirles; ¿acaso alguna otra fuerza militar hace tal cosa? En términos de igualdad y derechos humanos, comparen el estado de la mujer y los derechos de los gay y lesbianas en Israel con el resto de Medio Oriente. Y en términos de dignidad humana, las personas de izquierda piensan tan poco en la dignidad palestina que están deseando clamar que, los palestinos “no tienen alternativa”, sino solo convertirse en suicidas con bomba para asesinar a niños israelíes? No podemos esperar más de la gente? Tratar a los palestinos como víctimas desamparados no contribuye a reconocer su dignidad humana.
- Anti-Discriminación. Los izquierdistas se oponen al sexismo, al racismo y a toda clase de discriminación. De manera que deben oponerse, del mismo modo, al antisemitismo. Y, por tanto, demasiado a menudo no les interesa el antisemitismo enmascarado como antisionismo o sentimiento anti-israelí. El escritor David Mamet escribió en el Huffington Post lo que sigue: “La mayoría de la prensa occidental, europea y americana, describe a Israel algo así como agresor, y a los israelíes como inhumanos, que disfrutan de lo sangriento”. Como Mamet elaboró en su libro The Wicked Son: Antisemitism, Self-Hatred, and the Jews, esto no es más que una reedición del viejo libelo de sangre contra los judíos, excepto que, ahora, en vez de ser acusados de usar sangre no- judía para hornear matza, los judíos son acusados de derramar sangre por puro placer. Los izquierdistas deben estar alertas al distinguir entre crítica constructiva de Israel y las caricaturas deshumanizadoras de los judíos.
- Auto-Defensa. Solamente los pacifistas más intransigentes se oponen al derecho a la auto-defensa, y ciertamente la mayoría de los izquierdistas sostienen ese derecho, al menos cuando los palestinos hacen su defensa. ¿Por qué los israelíes se eximen de este derecho? Cómo es que, muchos izquierdistas, se sentarían ociosamente mientras los misiles llueven sobre sus ciudades y sus familias, con sus niños traumatizados? Y si decimos, oh! pero la gente solo, rara vez, es asesinada, ¿podría eso minimizar su compromiso por proteger a sus parientes? Solo de los judíos se espera que dejen a un lado sus armas y ofrezcan sus cuellos. ¿Cómo se atreven, los judíos, tener la osadía de contraatacar?!
- Progreso. Queremos un movimiento de proceso de paz palestino-israelí y árabe-israelí. Demonizar a Israel, destacándolo como lo hacen en Naciones Unidas y en los campus universitarios, poco contribuirá a hacer avanzar la paz. Todos sabemos, y aprendimos durante décadas, los lineamientos básicos de un establecimiento pacífico. Los israelíes y sus ciudadanos estuvieron preparados para eso. La Izquierda debería presionar a los palestinos a aceptar la paz y dejar de enseñar a sus hijos que los judíos son monstruos. Esta clase de presión debería traer algún progreso.
Fue hace un tiempo atrás que, los izquierdistas, derribaron el afiche que caracteriza a Israel como el niño- demonio de los abusos de los derechos humanos y la represión. Es tiempo que, los izquierdistas, se indignen no con Israel sino con las distorsiones y la demonización de Israel en los campus universitarios y en Naciones Unidas y a través de la prensa y la política. Es tiempo que los izquierdistas rechacen tratar a Israel como paria, o a los judíos como asesinos sedientos de sangre y, en su lugar, dar la bienvenida a Israel dentro de la comunidad de naciones como miembro completo, sujeto a la misma crítica y elogio que cualquier otra nación.
* Alan Krinsky es escritor free-lance y analista de Asistencia de Salud.