ELUL: Costumbres del mes

Los judíos de todas las comunidades del mundo acostumbraron a lo largo de la historia, distintas costumbres en el mes de Elul,  con la finalidad de prepararse de alguna u otra manera, para recibir a los solemnes días del año entrante: Rosh Hashaná y Yom Kipur.

El Toque del Shofar

Entre los judíos ashkenazim es costumbre tocar el shofar todas las mañanas del mes de Elul después del rezo de shajarit (matutino). Esta costumbre está basada en el Midrash Pirké Derabí Eliézer, donde nos es relatado que el día de Rosh Jódesh Elul (comienzo del mes), Moshé Rabenu ascendió al monte Sinai por última vez, para recibir las segundas tablas de piedra con los Diez Mandamientos, permaneciendo allí por cuarenta días hasta el día de Iom Kipur.

El Midrash nos dice que el día que Moshé ascendió al monte, se tocó el shofar en todo el campamento de Israel para avisarle al pueblo que Moshé había ascendido hacia la Divinidad, para prevenirlos de incurrir nuevamente en el pecado de la idolatría, como había ocurrido la primera vez, cuando el pueblo de Israel había hecho el becerro de oro mientras Moshé permanecía en la montaña.

Es por eso que en recuerdo de aquel shofar, las comunidades ashkenazitas acostumbraron tocar el shofar no sólo al finalizar el rezo de la mañana del primer día del mes, sino también durante todo el mes de Elul, para recordarle de esta manera a todo el pueblo que debe apresurarse a hacer teshuvá antes de los sagrados y solemnes días de Rosh Hashaná e Iom Kipur.

Las Selijot

Sin embargo, los judíos sefaraditas no acostumbraron tocar el shofar desde el comienzo del mes de Elul al finalizar el rezo de Shajarit. En lugar de esto, la costumbre entre los judíos sefaradim es comenzar el recitado de las selijot (súplicas de perdón) a partir del día siguiente al comienzo del mes de Elul.

En cambio, entre los judíos ashkenazitas la costumbre es comenzar el recitado de las selijot el domingo anterior a Rosh Hashaná y si Rosh Hashaná cae un día lunes o martes, entonces las selijot comienzan a recitarse a partir del domingo de la semana anterior, para que por lo menos las selijot sean recitadas antes de Rosh Hashaná en cuatro oportunidades.

En principio, las selijot deben ser recitadas al final de la noche, antes del amanecer. Sin embargo, en caso de ser muy difícil para las personas levantarse a esa hora para ir a la sinagoga, las selijot pueden ser recitadas por la mañana o durante el transcurso del día. Asimismo, está permitido recitar las selijot a partir de la medianoche (de acuerdo con el horario de salida y puesta del sol), y es por eso que si las personas no tienen la posibilidad de recitar las selijot al final de la noche, antes del amanecer, es preferible que las reciten por la noche, después de la medianoche, y no durante la mañana o durante el transcurso del día.

Si por alguna razón a alguien le es muy dificultoso levantarse para las selijot, es correcto que consulte con un Rabino cual debe ser su proceder, ya que seguramente éste le podrá aconsejar una buena solución para su situación.

Otras Costumbres

Además, desde Rosh Jódesh Elul hasta el día de Sheminí Atzéret se acostumbra recitar el Salmo 27 dos veces al día, una vez después del rezo matutino, y otra vez después de la minjá (rezo de la tarde) o después de arvit (rezo de la noche) – variando la costumbre de acuerdo con las distintas comunidades.

Esta costumbre está basada en las palabras del Midrash Shojer Tov, donde Nuestros Sabios nos explican que en el primer versículo de este Salmo, cuando el rey David dice: «D’os es mi luz y mi salvación», al decir: «D’os es mi luz», se refiere a que D’os es nuestra luz en el día de Rosh Hashaná, y al decir: «y mi salvación», se refiere a que D’os es nuestra salvación en el día de Iom Kipur.

Además, hay quienes acostumbran recitar durante los días hábiles del mes de Elul, diez salmos cada día después del rezo de shajarit.

Cuando escribimos una carta en estos días, es correcto expresarle a nuestro prójimo nuestros sinceros deseos de que el año entrante sea para él un año colmado de bendiciones y buenas noticias.

Debemos elegir muy bien el lugar donde concurriremos a los servicios de Rosh Hashaná e Iom Kipur. Esta aclaración se debe al hecho de que desgraciadamente hay muchas sinagogas que en estos días se llenan de personas que sólo van a encontrarse con sus amistades o a «mostrarse», y no a comunicarse con el Creador.

Además, muchas veces la gente también habla dentro de la sinagoga durante el transcurso de los rezos, molestando a quienes realmente quieren rezar, y eso seguramente desconcentrará a quien desee elevarse mediante las conmovedoras plegarias de estos días.

Aún más, muchas veces las personas también hablan durante el toque del shofar confundiendo a la gente que sí quiere cumplir con la mitzvá de escuchar todos los sonidos del shofar, y a veces es muy difícil acallarlos.

Es por todas estas razones que debemos ser muy cuidadosos en la elección de la sinagoga donde rezaremos en estos solemnes días, pensando de antemano que tal vez – en caso de ser necesario – convendrá concurrir a una sinagoga a la cual nunca hemos ido con asiduidad, y no a la que estamos acostumbrados a ir.