George Clooney nunca ha trabajado en los archivos del Instituto YIVO de Investigación Judía, una organización académica judía dedicada al estudio y conservación de la cultura de los judíos del este de Europa, pero su nueva película, «The Monument Men» retrata a un grupo de soldados que estaba a cargo de la tarea de guardar y proteger una parte importante de los archivos del YIVO que había sido robado por los nazis.
Estas brigadas estadounidenses, conocidos como AMF&A (Monumentos, Bellas Artes, y Archivos) viajaron sigilosamente a través de Europa durante la guerra y luego en la posguerra en busca de la gran cantidad de objetos culturales que los nazis habían expropiado. En un extraño giro del destino, el edificio YIVO en Vilna se convirtió en un lugar muy importante para los saqueadores nazis.
La primera institución académica judía de su tipo, YIVO fue fundado en Vilna (ahora Vilnius) en 1925 como una academia de investigación del idish que se centró en el estudio del Judaísmo de Europa Oriental-la comunidad judía más grande en el mundo. Durante su existencia, a partir de 1925, hasta 1940, se acumuló la mayor colección de materiales etnográficos y eruditos judíos en el mundo, y funcionaba como una especie de universidad del idish en una región donde el estudio académico de los judíos era inusual. Pero cuando los nazis entraron en Vilna en 1941, todo se desmoronó.
Después de que los nazis ocuparon Vilna, se apoderaron de un edificio local para utilizarlo como la sede de la Einsatzstab des Reichsleiter dirigida por Alfred Rosenberg, fue una oficina nazi dedicada al robo de archivos, bibliotecas y museos de libros valiosos, documentos y obras de arte. El edificio del que se apoderaron, irónicamente, resultó ser el del YIVO.
Como los tesoros culturales robados por los nazis de todo el este de Europa comenzaron a llegar a las oficinas de Vilna donde trabajaba el grupo de Rosenberg, los nazis necesitaban especialistas multilingües para ordenar semejante masa de material. Con este fin, obligaron a los judíos del gueto de Vilna a seleccionar los libros, documentos y obras de arte y prepararlos para su envío a Alemania. Los objetos judíos raros y valiosos seleccionados por ellos, se transformaron en lo primeros elementos que los nazis trasladaron a la sede en Francfort, donde se hallaba el «Instituto para el Estudio de la Cuestión Judía».
Estos judíos, eruditos y escritores, entendieron que los archivos del YIVO, que todavía estaban en el edificio, estaban en peligro. Como resultado, algunos de ellos decidieron ocultar los libros y documentos, para impedir que fueran enviados al Reich, pensando que iban a sobrevivir a la guerra.
Otros temían lo que podía llegar a suceder con los materiales judíos en Alemania y algunos de ellos llevaron de contrabando al gueto, el material del archivo donde lo escondieron, esperando poder recuperarlo después de la guerra. Los habitantes del gueto llamaron «Brigada de papel»a estos eruditos y escritores que cada día, cuando volvían de su trabajo, escondían estos documentos del archivo bajo su ropa.
Lamentablemente, la mayoría de los que llevó a cabo estas tareas peligrosas no sobrevivieron. Avrom Sutzkever y Shmerke Kaczerginsky, ambos poetas y miembros de la Brigada de papel que lograron escapar, regresaron al lugar del gueto de Vilna después de la guerra y se las arreglaron para encontrar algunos de los objetos que escondieron. Menos de dos semanas después de que los nazis se retiraron de la ciudad en julio de 1944, los dos poetas crearon un museo judío.
El primero de su tipo en Europa del Este, el museo se convirtió en el centro adonde eran enviados los archivos judíos que se habían escondido de los nazis. Veinte toneladas de materiales del YIVO fueron encontrados en una fábrica de papel. Mucho más fue encontrado en un depósito de basura. Los que habían escondido materiales judíos los enviaron al museo.
Después de finalizar la guerra, los materiales del YIVO que habían sido enviados a Frankfurt por el grupo de trabajo de Rosenberg fueron encontrados en el Archivo Depot Offenbach, cerca de Frankfurt, por los soldados que formaban parte de los»Monuments Men».
En 1946, Simon Rifkind, Asesor de Asuntos Judíos del general Eisenhower, nombró a uno de estos «Monument Men» [Seymour Pomrenze} quien había trabajado en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, a cargo de este tesoro de los valiosos materiales del archivo judío. El material ya había sido visto por el erudito, Koppel Pinson, que trabajaba como director de educación del Joint Distribution Committee. Pinson quería ayudar a los sobrevivientes judíos al proporcionar libros a las bibliotecas de los campos de refugiados en la Zona Americana en la Europa de posguerra y había recibido permiso para enviar 25.000 libros que ya no tenían dueños para ser distribuidos en las bibliotecas de los campamentos de refugiados.
Rifkind y Pinson se mostraron preocupados por el cuidado de los millones de libros, manuscritos y objetos rituales que se hallaban depositados en Offenbach. Lucy Dawidowicz, una erudita que a petición de Pinson, había ido a Europa a trabajar para el JDC, no dejó pasar la oportunidad de analizar los materiales judíos depositados en Offenbach, en un principio para localizar los libros más valiosos para que no fueran enviados a las bibliotecas de los campamentos de refugiados. Cuando Dawidowicz ordenaba los materiales, comenzó a identificar a los que pertenecieron al YIVO. «Tuve una sensación similar a la santidad, que yo estaba tocando algo sagrado», escribió esta experiencia con el YIVO en su libro «From That Place and Time» «Cada libro sobreviviente de ese mundo se había convertido en un documento histórico, un artefacto cultural, muestra y testimonio de una civilización asesinada.»
Revisando los materiales Dawidowicz, en los que pertenecían al YIVO estaban incluidos los periódicos encuadernados, los libros catalogados de la biblioteca del YIVO, algunos escritos en idish o en hebreo, otros tenían la caligrafía distintiva del fundador del YIVO, Max Weinreich, en los márgenes. Entre las montañas de libros y documentos había colecciones de archivos irremplazables sobre la historia y la etnografía de los Judíos en Vilna, material y literatura en idish, fotografías, colecciones de música, y los registros comunales, por nombrar sólo algunos objetos. Fue un reencuentro amargo para Dawidowicz, que había estudiado en el YIVO antes de la guerra. «El olor de la muerte emanaba de estos cientos de miles de libros y objetos religiosos – que han quedado huérfanos y son sobrevivientes mudos de sus propietarios asesinados», dijo.
Dawidowicz también encontró los libros de la famosa Biblioteca de Strashun Vilna, una gran colección de valiosos volúmenes rabínicos y otras obras. Dawidowicz recordó que había habido un intento en 1940 para tratar de llevar el YIVO y las bibliotecas de Strashun de Vilna a Nueva York y comunicó de este hecho a la AMF & A. Ahora que la Biblioteca Strashun era una colección sin herederos, se argumentó que debería viaja a Nueva York junto con el resto de la colección del YIVO. Después de alistarse Pomrenze negoció con diversas autoridades, entre ellas el Departamento de Estado, los materiales fueron embalados en 420 cajas de madera, y se colocaron en un tren bajo guardia armada a Bremen. En junio de 1949, los restos del YIVO de Vilna y la Biblioteca Strashun fueron cargados en el buque estadounidense, SS Pioneer Cove y enviados para comenzar una nueva vida en Nueva York.
El edificio del YIVO fue completamente destruido durante la guerra, por lo que es absolutamente un milagro que estos archivos sobrevivieran. La película de George Clooney no relata la historia del YIVO, ya que no es sino uno de los muchos rescates archivísticos realizados por los mas de los 300 soldados de la AMF & A. Pero lo que es notable aquí es la sobrevivencia de los objetos de la cultura judía en medio del terror nazi y la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial.
Sin ninguna certeza sobre su propia sobrevivencia, (la mayoría de ellos murieron) los Judíos de la Brigada de Papel querían desesperadamente asegurar la supervivencia de su patrimonio cultural. Con la ayuda de los Monument Men, lo lograron.
Autor: Edy Portnoy. Fuente: Forward